dimecres, 22 d’octubre del 2014

Ella era de aquellas que..


Ella era de aquellas que se sentaba en la última fila en el autobús y que miraba con nostalgia por la ventana mientras en los auriculares sonaba su canción favorita y tarareaba flojito para que nadie la escuchara. Era de aquellas que se fijaba en la chica con pecas que se encontraba de pie en frente de la puerta, seria, pensando en lo suyo mientras se preguntaba si verdaderamente era feliz. Se fijaba en cada mínimo detalle; las gotas de lluvia que iban cayendo lentamente sobre el cristal, aquel chico que escribía en una libreta; quizás la lista de la compra o la carta de amor para la chica de la que está enamorado, ahí, concentrado queriendo plasmar en la hoja todo aquello que sentía. Aquel hombre mayor con su nieto, intentando hacerlo reír y, chicos, lo conseguía. Aquella mujer que se sentaba con una de sus manos en su tripa acariciando su abultado abdomen pensando en las ganas que tiene de abrazar a su pequeña. Aquella pareja que se besa creyendo que nadie les mira sin saber que causan furor por allí donde pasan. Y aquel chico que acaba de subir y que te mira, durante unos segundos. Y parece que no quiere pero te sonríe. Y en ese instante agachas la mirada privándote de su sonrisa y lo único que pasa en ese momento es que llegas a tu parada. Pasas entre la gente sin saber si la mitad de ellos son tan felices como parecen. Y vuelves a girarte antes de bajar, mirando a aquel chico de ojos verdes, ese verde esperanza que esperas tener para volver a cruzarte con él. 

Y el autobús se va, y le miras con nostalgia mientras sigues con tu canción favorita y antes de cruzar te detienes, el semáforo está en rojo y hay que esperar, como a veces hay que esperar para ser feliz y quizás para volver a verle.

-Ann.

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