divendres, 24 d’octubre del 2014

Voy a seguir prefiriéndolo a él todo lo que me queda de vida.



Queridísimo diario...

He tenido que besar otros labios para darme cuenta que los que quiero son los suyos. Ha sido extraño, creía que en ese beso las cosas cambiarían pero solo ha sido eso, un triste y mísero beso que no ha hecho mella en mi. No he notado cómo el corazón se me aceleraba ni como aparecían de nuevo esas puñeteras mariposas. Nada, absolutamente nada. Vacío. Tan vacío como el que él me ha dejado aquí. Y por eso desde aquí te pido que vuelvas, que vengas como una vez viniste a mi vida sin saber que ibas a cambiarla. Vente un ratito más, anda. 

Ven y te digo que me he dado cuenta de que ya pueden venir miles que tú seguirás siendo ese primero. Seguiré besando si no vienes hasta que aparezca uno que me haga sentir- si puede- la mitad de lo que tú. Y mira que lo intento, chico, intento que con esos besos, con esos abrazos que me doy con ellos, con esas tardes de risas..intento sentir algo pero no sé que tienes que no desapareces tan fácilmente de mi. Intento convencerme que esa risa que ellos me dan podría ser la mejor para despertar, me quiero convencer de que podría acostumbrarme a que alguno de ellos me invitara a cenar, que me abriese la puerta de ese bar, que me dejase su chaqueta cuando haga frío, que entrelace su mano con la mía, que se ría de mi risa, que me bese la punta de la nariz y el lado derecho de mi cuello esperando perdernos después. Podría acostumbrarme pero no quiero hacerlo porque hoy- y siempre- va a apetecerme más que seas tú el que quiere besarme aún sabiendo que acabo de pintarme los labios y que odio que hagas eso. Voy a seguir prefiriendo tenerte a ti al otro lado de la mesa en ese bar mientras nos tomamos un par de cervezas sabiendo que yo dejaré la mía a la mitad y tú tendrás que terminarla, me va a seguir apeteciendo más que seas tú el que me pase el brazo por encima de los hombros para protegerme del frío porque esa es mi mejor chaqueta, voy a seguir prefiriendo que sean tus manos las que agarren las mías mientras nos hacemos el amor el uno al otro, voy a seguir prefiriendo perderme y volverme loca en cualquier parte del mundo- tu cama si quieres- que en cualquier otra. 
Van a seguir siendo tus brazos mi mejor refugio, voy a preferir durante el resto de mi vida pelear contigo por tus mentiras que besar a otros intentando olvidarlas. Prefiero acostumbrarme a que sea tu calor el que está en el otro lado de la cama, a que seas tú el que se quede esas largas noches despierto haciéndonos reír como niños y queriéndonos como tal. No hay mejor manera de quererse que esa. Hoy- y siempre- como ya te he dicho; me apetece más tenerte sentado junto a mi en el sofá mientras vemos cualquier película y tú sin darte cuenta empieces a acariciarme la pierna sabiendo el efecto que eso tiene en mi. Siempre voy a seguir prefiriéndote a ti por eso te pido que vuelvas, que no hay clavo que vaya a sacarte porque te has clavao' pero bien. Quiero que sea contigo cada una de nuestras peleas, que sea a ti al que le reproche que te hayas olvidado de llamarme y me hagas reír mientras intento enfadarme contigo por tu mala memoria, quiero que seas tú con el que cometer la mayor locura, la de escaparnos, la de ver mundo buscando las mejores vistas sabiendo que ya las tengo conmigo. Que eres tú por el que quiero que se me corra el pintalabios porque el rímel ya lleva noches corriéndose como noches nos corrimos juntos. 
Eres tú el que quiero y el que voy a seguir queriendo, tú que con un simple roce de tu mano con la mía al conocernos sentí eso que mucha gente decía que sentía cuando encontrabas a la persona que tanto ibas a querer, ese roce que me hizo pensar 'no te asustes pero estás a punto de querer más fuerte que ninguna otra vez has querido' y no me equivoqué joder, pienso en ti y ya se me eriza la piel como si estuvieses aquí y me acabases de susurrar las tremendas ganas que tienes de mi. Y me lo imagino, tío, y el corazón me va a mil; te imagino aquí, justo detrás abrazándome mientras me apartas el pelo- ese en el que te perdías- y siento como si estuvieses besándome el cuello como muchas otras veces hiciste y siento que el corazón me va a salir del pecho sabiendo que ningún otro va a provocarme eso. Que, joder, te pienso y, mírame, parece que vaya a darme un ataque al corazón de lo que te quiero y eso ya no lo siento con ningún otro ni queriendo. Y es así queridísimo diario, voy a seguir prefiriéndolo a él todo lo que me queda de vida. 


-Ann.

dijous, 23 d’octubre del 2014

Lo que yo te he querido a nadie más voy a querer.


Estoy cansada de prometerme cosas que soy incapaz de cumplir;
Me prometí continuar con mi vida y aquí sigo, ella continúa sin mi.
Me prometí dejarte atrás pero la que se ha quedado ahí soy yo, entre los recuerdos.
Me prometí no pensarte y mi mente ya se sabe de memoria la cantidad de lunares que tienes en la espalda.
Me prometí no llorarte pero estoy intentando comprobar cuando se me acabarán las lágrimas para ti.
Me prometí no esperarte y aquí sigo, esperando que anuncien el siguiente tren a tu vida pero parece que nunca llega.
Me prometí no perder el tiempo pero es que por ti siento que esto no es perderlo. 
Me prometí dejar de quererte y al final sólo he conseguido dejar de quererme.
Me prometí odiarte pero solo lo hice porque no quisiste quedarte.
Me prometí que las cosas irían bien pero no creo que llorarte cada noche encerrada en mi habitación sea el 'bien' que yo quería. 
Me prometí dejar de buscarte pero de la misma forma que el poeta no es nada sin su musa, yo no soy nada sin ti. 
Me prometí que si tú me hacías herida te echaría de mi vida pero aún habiéndome roto- y eso es peor que cualquier rasguño que puedas causarme- te quiero en ella.
Me prometí que si las cosas no mejoraban, que si el sol no salía; yo haría que saliese. 
Me prometí -por aquella gente que me quiere- que pasaría página pero no eres solo una página que pueda pasarse como si no tuviese nada de valor escrito en ella.

La gente me veía hundida y no paraban de decirme que las cosas iban a ir bien pero yo me reía porque sabía que no, porque no son solo dos días echándole de menos. No me digáis que no es para tanto; cuando os enamoréis ya me contaréis si es o no tanto como para sentirte tan perdida como ahora yo me siento. ¿Cómo se le mira al chico que tanto has querido después de perderle? ¿cómo? ¿cómo lo hago sin que se note que le sigo queriendo? Duele, joder si lo hace, y sé que es normal llorar. Lloras porque acabas de llevarte el palo de tu vida y en esos momentos no crees que exista dolor superior a ese, es normal; la herida es reciente y aún está abierta y tú como una gilipollas no dejas de tocarla e impides que cicatrice. Te duele y aún así la rozas sin dejar que se cure porque eso es lo único que te queda de él. La primera noche dolió más que cualquier otra pero iban pasando las noches, los días, los meses y a día de hoy el dolor aún no ha desaparecido pero siento que he aprendido a vivir con él sabiendo que eso es lo único que me queda de ti. Llegará el día en que me mire al espejo y ya no vea esa herida, no la sienta pero tanto tú y como yo sabremos que ha estado ahí, me habré recuperado de ti; de tu ausencia, de tus promesas, de tus palabras, de tus te quiero, de tus sentimientos que a la larga fueron desapareciendo y en ese momento sonreiré al espejo sabiendo que me he recuperado de ti; que encontré la forma de seguir sin ti aún sabiendo que si por casualidad el mundo te pone en mi vida; esa herida volverá abrirse no por si sola sino por mi, yo misma lo haré porque lo que yo te he querido a nadie más voy a querer.

-Ann.

Me gustaría..



Quiero que pares atención a esto que voy a decirte, me gustaría poder estar ahí para decírtelo pero hoy solo vas a poder leerlo;

Me gustaría estar justo delante tuya y mirarte fijamente a los ojos como otras tantas veces he deseado. 

Me gustaría poder acariciar tu mejilla derecha y que cerrases los ojos ante ese roce que puede contigo. 

Me gustaría poder oírte respirar y que por ende mi respiración se volviese más pesada de los nervios al tenerte cerca. 

Me gustaría poder tenerte delante y ser lo suficientemente fuerte para no llorar. Y te lo escribo aquí porque parece que ésta es la única forma de llegar a ti.. me gustaría poder decirte a la cara todo lo que llego a odiarte por haber aparecido sin más y haberte ido de la misma forma como si aquí dentro no importara nada. 

Me gustaría poder cruzarte la cara de una bofetada y aún así ese dolor no sería ni la mínima parte del dolor que he llegado a sentir aquí dentro cada vez que te ibas y no volvías. 

Me gustaría poder decirte que no te quiero en mi vida pero ambos sabemos que si te tuviese delante me tiraría a tus brazos porque el quererte puede más que cualquier odio que estoy intentando tenerte. 

Me gustaría que te acercases a mi y tener la suficiente fuerza para apartarme de ti y decirte que toda esta mierda ha acabado pero ¿sabes qué pasaría? Que entonces vendrías tú como siempre y con un par de palabras me ablandarías el corazón como si aquí no pasara nada, me dejaría abrazar y me refugiaría en tus brazos odiando que tengas ese poder en mi, ese poder de hacerme más débil. 

Me gustaría poder decirle a la gente qué coño nos pasó pero ni yo lo sé, solo sé que de un día para otro yo para ti ya no existía.

Y me gustaría poder decir 'basta', alejarme de ti una vez por todas pero por más que lo he intentado no lo consigo, no paro de decirte adiós y ninguno parece ser el definitivo; y en días como hoy lo necesito, necesito que te vayas de una vez por todas y echarte de menos y llorarte todo lo que tenga que llorarte. Sigue con tu vida si quieres, yo lo intentaré..no quiero prometerte que las cosas van a ir bien pero no tienes por qué detener tu vida porque una gilipollas como yo no sepa dejar de quererte cuando ahí fuera puedes tener a miles que te quieran. Yo si fuese tú, me iría..ya no tienes nada más que perder cuando a mi ya me has perdido. 


-Ann.

dimecres, 22 d’octubre del 2014

¿Cómo se dice adiós sin doler?


Él vino para quedarse pero la única que no podía quedarse aquí era yo; ¿y cómo se le dice a esa persona que vas a irte? ¿cómo se le dice que a la larga va a ser más feliz sin ti? ¿cómo se le dice que a partir de ahora va a tener que vivir sin tenerte ahí para sacarte de quicio? ¿cómo se le dice que no vas a contestar a sus llamadas? ¿cómo se le dice que de ahora en adelante ya no va a tener tus buenas noches? ¿cómo se le dice que tiene que aprender a pasar de ti un día para poder así pasar más días sin ti? ¿cómo se le dice adiós sin doler? Yo sólo sé hacerlo escribiendo; no te prometo que no te vaya a doler pero ésta vez la que no puede soy yo; no puedo hablarte y fingir que aquí dentro no siento nada. No puedo reírme contigo cuando sólo tengo ganas de llorar por ti. No puedo seguir con mi vida si te sigo teniendo en ella, últimamente no puedo con nada..me he quedado sin apenas fuerzas para seguir. No sé que coño has hecho conmigo porque yo antes era más fuerte, joder, no me hundía por todo y si lo hacía podía vivir con ello pero vienes tú y rompes mi vida como si nada, como si no te importase; y lo haces para luego no quedarte y me duele. Me duele porque nos quisimos, lo hacíamos y sólo quiero creer que eso puede volver pero sé que no. No vamos a volver allí dónde éramos felices y me empeño en creer que sí, siempre he sido de esas que se niegan a aceptar las cosas, y ésta es una de esas veces en las que sé que todo ha terminado y aún así quiero creer que no. Me gustaría poder mirarme en el espejo y gritarme '¿tu eres gilipollas o qué?' poder decirme 'que no va a volver a quererte como lo hacia' o 'nada va a ser como antes y lo sabes, hazte a la idea, joder' pero me miro en el espejo y lo único que hago es romper a llorar, romper, sí, un poco más de lo que ya estaba desde que me dejaste. Y por eso y muchas otras cosas no puedes quedarte porque me dueles. Me duele que te quedes y fingir que tengo ganas de abrazarte cuando lo único que quiero hacer es besarte el resto de mis días; te dije que cuando yo quería lo hacía para siempre y no querías creerlo pero, mírame, lo hago y no planeo dejar de hacerlo. 


-Ann.

Me voy a ir, despacito, mientras duermes; para que no te duela..


Estoy buscando las palabras exactas para decirte que quiero irme sin hacerte daño, despacito, mientras duermes. Me iré sin avisar para que no duela; me despertaré y pasaré otra de esas noches en vela a tu lado, mirándote, pensándote y acariciándote una última vez. Te susurraré lo mucho que voy a echarte de menos y dejaré un beso en el aire para cuando te despiertes. Recogeré mis cosas y tranquilo, que los recuerdos se vienen conmigo y, apoyada en el marco de la puerta de tu habitación me quedaré con cada uno de los detalles de tu respiración, con ese sonido tan característico que había llegado a ser mi mejor despertador y te miraré intentando mantener vivo tu recuerdo. Cerraré la puerta despacito dejando fuera los miedos para que descanses una noche más, tranquilo que esté donde esté yo te cuidaré y si me voy, no es por ti; es por mi, porque a la larga cuando tú decidas irte, cuando tú quieras dejarme, yo no podría soportarlo. Porque te buscaría de la misma forma que te busco ahora y eso que ni he llegado a tenerte y, cariño, por eso me voy. Porque si me voy ahora quizás no me dolerá tanto como me hubiese dolido si me hubiese pasado las noches cuidando tus sueños y soñando despierta contigo durante el resto de mis días.


-Ann.

No hay lugar más bonito que su pecho, y si lo hay; dímelo


Dime cualquier lugar bonito en el mundo que estoy segura que estar a su lado lo supera; atrévete y dime, porque dudo que haya lugar más bonito que encontrarse apoyada en su pecho mientras con tu dedo haces figuras abstractas y a su vez, él acaricia lentamente tu espalda, con esas manos que escriben la mejor poesía que nadie te ha escrito y estampa en tu espalda los mejores versos que ésta noche puede escribirte. Y le escuchas como respira, pausadamente, por ti. Y le miras desde su barbilla y ahí la tienes, esa sonrisa. Esa por la que tanto suspiras y, le observas como aún con los ojos cerrados, te sonríe sabiendo que le miras. Y allí, apoyada en su pecho, mirando su pelo revuelto, el lunar en la parte derecha del cuello, el pendiente en su oreja, esas largas pestañas de las que te colgarías cada noche si pudieras, justo ahí, sabes que aún subiéndote a la torre más alta y mirando el paisaje tan precioso que podría haber, sabes que no hay lugar más bonito que esconderse en su clavícula sabiendo que no hay miedo y no existe nadie sobre la faz de la tierra que te haga sentir como en casa que estando con él.

-Ann.

Estaba dispuesta a saltar al vacío por ti..


Estaba dispuesta a saltar al vacío por ti, a tirarme sin pensarlo dos veces, a seguir sin mirar atrás y ahora parece que he caído al vacío más grande que me he encontrado a lo largo de toda mi existencia y ya no estás ahí, arriba, mirando como caigo. Parece que sólo yo estaba dispuesta a caer por los dos, a levantarme a pesar de las heridas en las rodillas, a sonreírle a todo lo malo y a apretar los dientes aunque las cosas se pusieran duras. Estaba dispuesta a abrazarte aún teniendo yo más ganas de ser abrazada y de llorar hasta acabar con cada uno de mis miedos, hasta cerrar a presión cada una de mis heridas sin saber que, aquel al que abrazaba, las hacía más profundas día a día, sin darme cuenta porque cuando quieres, no quieres perder y las heridas parecían menos heridas contigo sin saber que tú, las hacías eternas con cada mirada, con cada risa que a cualquiera le dabas; incluso a mi..

-Ann

La vida se ve más bonita si la respiro contigo.


No, no me beses con tantas ganas no vaya a ser que me despierte, bésame despacio, así como se besan dos personas que se quieren aunque no me quieras, y quédate un rato más. Acaricia mi mejilla y deja que ponga mi mano justo encima de la tuya para notar más ese leve roce. No tengas prisa y dime entre susurros que me quieres, que ésta noche sigo siendo tuya y que mañana ya se verá. Acaricia mi nariz con la tuya mientras cierras los ojos, despacito, no vaya a ser que alguien se despierte. Deja que recorra a besos la distancia desde tus labios a tu clavícula, deja que me pierda en ti para encontrarme, deja que calcule la distancia a besos desde tu mejilla hasta tu ombligo, deja que mis manos escriban poesía en tu espalda para luego leértela cada noche para que te duermas; abrazado a mi como si no quisieras perderme y, déjame respirar a través de tus suspiros que la vida se ve más bonita si la respiro contigo.


-Ann.

Empiezo a tener mono de ti..


Prefería morir en tus manos que por ahí perdida entre unos cuantos porros y una botella de Tequila, ahí, olvidándote. O al menos intentándolo. Y entre trago y trago pienso en cómo te acariciaba con suma delicadeza el contorno de tus labios, como si fuese la cosa más frágil que he tenido entre mis manos y de hecho, lo era. Como te besaba odiando el sabor a tabaco y aún así me tiraba horas colgada de tus labios, pienso en como te perdías en esa curva; no hablo de mi sonrisa, cariño, hablo de la curva de mis caderas. Y recuerdo cómo podías perderte en mi con solo un par de caricias. Y ahora..ahora ya no puedo besarte ni beberte, solo bebo ésta mierda intentando olvidarte sin saber que ahora te siento el doble, intento engancharme a los porros para saciar este vicio de ti pero, chico, no sé que tienes que no sé que me pasa y ya empiezo a tener mono de ti..

-Ann.

Yo sólo era bonita si era él el que me miraba y me lo decía.


Me apoyé en la barandilla del balcón sabiendo que, ésta vez, él no vendría por detrás y me abrazaría, que no me susurraría 'es preciosa' pensando que se refería a las vistas que se veían desde allí sin saber que mientras lo decía me miraba a mi. Ésta vez no sentiría el roce de su nariz por mi mejilla erizando mi piel a su paso ni tampoco su respiración a escasos milímetros de mi oreja haciendo que mi pulso superase el límite de velocidad y le estuviese a punto de poner una multa por superar lo permitido, por quererte a toda velocidad y sin frenos sabiendo que por esa sonrisa estaba dispuesta a estrellarme contra cualquier muro sin saber que, al final, sólo acabaría estrellándome con la realidad y ahí estaría, sola, mirando las vistas pensando en que no eran tan preciosas como él decía y que yo me convertía en más bonita si era él el que me miraba y me lo decía.


-Ann.

Ella era de aquellas que..


Ella era de aquellas que se sentaba en la última fila en el autobús y que miraba con nostalgia por la ventana mientras en los auriculares sonaba su canción favorita y tarareaba flojito para que nadie la escuchara. Era de aquellas que se fijaba en la chica con pecas que se encontraba de pie en frente de la puerta, seria, pensando en lo suyo mientras se preguntaba si verdaderamente era feliz. Se fijaba en cada mínimo detalle; las gotas de lluvia que iban cayendo lentamente sobre el cristal, aquel chico que escribía en una libreta; quizás la lista de la compra o la carta de amor para la chica de la que está enamorado, ahí, concentrado queriendo plasmar en la hoja todo aquello que sentía. Aquel hombre mayor con su nieto, intentando hacerlo reír y, chicos, lo conseguía. Aquella mujer que se sentaba con una de sus manos en su tripa acariciando su abultado abdomen pensando en las ganas que tiene de abrazar a su pequeña. Aquella pareja que se besa creyendo que nadie les mira sin saber que causan furor por allí donde pasan. Y aquel chico que acaba de subir y que te mira, durante unos segundos. Y parece que no quiere pero te sonríe. Y en ese instante agachas la mirada privándote de su sonrisa y lo único que pasa en ese momento es que llegas a tu parada. Pasas entre la gente sin saber si la mitad de ellos son tan felices como parecen. Y vuelves a girarte antes de bajar, mirando a aquel chico de ojos verdes, ese verde esperanza que esperas tener para volver a cruzarte con él. 

Y el autobús se va, y le miras con nostalgia mientras sigues con tu canción favorita y antes de cruzar te detienes, el semáforo está en rojo y hay que esperar, como a veces hay que esperar para ser feliz y quizás para volver a verle.

-Ann.

Dermografismo..


Él me habló del dermografismo, me explicó que consistía en que cualquier contacto sobre su piel le dejaba una marca que tardaba más de lo normal en desaparecer y yo, durante cada noche, le escribía mi nombre en la piel de su espalda y le mordía dejándole marca sabiendo que aunque pasara el tiempo y nos separásemos, se miraría al espejo y notaría la marca que durante tantas noches le había dejado y en ese instante, pensaría en mi y se preguntaría donde estaría; quizás pensaría que yo estaba sola encerrada en mi habitación o puede que acariciando otras espaldas deseando dejar marca sin saber que ninguna sería mejor que la suya. Recuerdo que podía pasarme horas acariciando su piel sabiendo que las caricias se quedarían ahí marcas, a fuego, no solo por el dermografismo de mierda sino porque se las daba yo, y cuando te acaricia la persona que quieres se te eriza la piel y quema, dejando a su paso un recuerdo que ni muchas otras pueden borrar.


-Ann.

Quiero que vengas y me beses un poco más y luego ya si eso hablamos y nos rompemos lo poco que nos queda por romper..


Estaba escuchando una canción y no sé si has sido tú el que le ha dado los derechos para poder hablar de nuestra historia pero solo sé que habla de ti y de mi, o eso o soy yo que quiero recordarte a cada paso que doy. Quiero recordar constantemente la historia más bonito que el mundo no ha podido vivir, la historia que llevaba de título tu nombre. Y siento que no puedo, que no quiero acostumbrarme a no tenerte, a que pasen los días y no vuelvas como siempre hacías. A no poder soñar que te beso y te abrazo aún sabiendo que lo odias. No soporto la idea de que cualquier otra pueda ver en ti lo que tú me dejaste ver, otra que pueda quererte como yo no supe hacer, esa que pueda abrazarte como me voy a pasar yo años deseando hacer. No sé si el tiempo aquí servirá de nada porque éste pasa y yo te sigo echando de menos; creo que incluso te echaba de menos antes de conocerte porque no sé qué ha sido de mi vida antes de ti, no tenía sentido y ahora que no estás tampoco la tiene.

Sólo quiero que vengas y me beses un poco más y luego ya si eso hablamos y nos rompemos lo poco que nos queda por romper.


-Ann.

Hoy llueve y..


Hoy llueve y eso de esos días en los que te apetecería tumbarte en la cama mirando al techo y marcar de nuevo su número de teléfono. Escucharías un par de pip haciéndose esperar porque sabes que le encanta hacerlo aunque se esté muriendo de ganas por oírte respirar y, segundos después oirías su voz, en un susurro, un 'hola' que ya te afecta y te eriza la piel no porque lo haya dicho de una forma especial sino porque lo ha dicho él. Te reirás al escuchar como te llama 'idiota', como siempre hace. Os quedaréis en silencio y te dirá que te quiere provocándote mil mariposas en tu estómago y suspirarás y te reirás, no de él, sino de ti; por lo tonta que te vuelves cuando te llama. Le dirás que le echas de menos aún hablando con él, y él te dirá que todas esas risas que le das son los mejores momentos del día. Y te contará cómo le ha ido el día, que el examen le ha ido bien, que tenía ganas de volver a casa para poder tenerte y tú te harás la dura diciendo que no le has echado de menos cuando no has dejado ni un solo puto segundo de pensar en él. Te pondrás nerviosa al sentir como sonríe al otro lado y sabes que lo hace; que tú tienes ese poder en él de la misma forma que él lo tiene en ti. Y puede que habléis de nada o que quizás os queráis contar las mil y una en diez minutos que os sabrán a poco pero aún hablando dos minutos sabes que esos, son los mejores momentos del día porque el resto te los pasas pensando en él deseando tenerlo aquí y, no vamos a mentirnos, lloras por no tenerle aquí, por no abrazarle pero..no seas tonta, le tienes. Aún sin tenerlo pero le tienes y muchas desearían ser tú y tener tantas suerte de tener a alguien, tan así como él, que le quiera de la misma forma que te quiere porque sabes que en la faz de la tierra no hay otro chico mejor que pueda quererte mejor como él lo hace; o hacía.


-Ann.

La lluvia me recuerda los días que no te tuve y que me encantaría tenerte..


No sé si lo escuchas pero llueve, y cuando llueve me acuerdo de ti y no sé por qué, quizás porque me hubiese gustado pasar contigo esos domingos de lluvia, tirarme en el sofá sabiendo que te tengo ahí para abrazarme, me hubiese gustado poder ver una película contigo y no verla, me hubiese gustado besarte con el sonido de la lluvia de fondo y quererte como nunca nadie te ha querido. Demostrarte a besos las ganas que me he guardado desde que te he conocido y marcarte la piel a fuego con caricias de lo que te quiero. Y besarte, y seguir besándote durante horas y horas porque me muero de ganas de ti y no sé qué hacer con ellas.

Y cuando llueve y no estás me siento fría, sola y frágil. Y no sé para donde mirar porque mire donde mire me siento sola, siento que no puedo y que te necesito. Y pasan los segundos y no sólo llueve fuera sino que aquí dentro también empieza y no puedo parar; es un sin fin de lágrimas que no me secas y adoraría que estuvieses aquí para secarlas a besos, a caricias, a susurros diciéndome lo mucho que me quieres pero no estás, que sólo me queda la lluvia que me recuerda los días que no te tuve y que me encantaría tenerte.

-Ann.

Te escribo porque ésta es la única forma de llegar a ti..


Escribirte es la única forma que encuentro de llegar a ti, porque no hay día en el que no piense en ti, en el que no quiera tenerte cerca, en el que no piense que quiero que todo vuelva a ser como antes. Que seas tú el primero que se despierte y me digas 'eres una dormilona, no haces más que dormir' y lo dices porque me echas de menos y justo entonces despertarme con una sonrisa en la cara por culpa tuya. Y estar deseando que me llames y me digas lo mucho que me quieres y sonreír por tu culpa y reír a carcajadas sabiendo que tú estarás al otro lado haciendo lo mismo. Susurrarte bajito lo mucho que te necesito, que te quiero, que te pienso y que te busco. Y que dejaría mi mundo por ir al tuyo, que pondría patas arriba mi vida si puedo llegar así más fácil a la tuya. Estoy dispuesta a matar todos los monstruos que te han destrozado hasta ahora y besar todas tus heridas, despacito, no vaya a ser que duela. Que el único dolor sea del placer que tenemos juntos, de las ganas que nos guardamos, del miedo a perdernos pero aún así tenernos. Que estaría dispuesta a soportar todo el daño del mundo para que tu dolor fuese un poquito menos cada día. Y besarte, morderte y dejarte marca en la piel. Despertarte a besos como tantas veces hemos soñado- con una lluvia de besos que sería la única lluvia que vería tu rostro estando conmigo si yo puedo detener todas y cada una de las lágrimas que el mundo te obliga a soltar- y abrazarte, hacerte el amor. Acariciarte lento para no hacerte cosquillas y abrazarte aprovechando que soy la única persona a la que dejas hacerlo y mirarte como mira una persona enamorada a su amado. Besarte, cada noche, despacito, poniendo a prueba tus cosquillas. Acariciaría tu piel cada noche viendo como se eriza a mi paso sabiendo que provoco todo eso mientras tú provocas en mi eso con solo mirarme, con solo escribirme. Me llegas tan hondo como a muchos les gustaría y no ha podido; que todo el mundo se queda ahí, mirando como soy y nunca tienen la fuerza suficiente como para entrar en mi y pisar el corazón dejando huella. Una huella que solo has sido tú capaz de dejar y sé que no se borrará porque lo del corazón no se borra. Y hace unas semanas que éste es tuyo y ahora que te vas siento que falta una parte de mi que aunque pasen los años va a seguir siendo tuya y, por eso te escribo; para que me la devuelvas pero sólo si tú vienes con ella.

-Ann.

Cómo mejor estamos..


Dices que dejarnos ir es lo mejor pero todavía estoy descubriendo para quién, porque míranos, echándonos de menos como un par de gilipollas enamorados- que es lo que somos- y no siento que no tenernos sea lo mejor para ninguno de los dos. ¿Sabes cómo mejor estamos? Juntos, enganchados a la pantalla del puto móvil no porque estemos viciados a él sino porque estamos enganchados a la persona que escribe ahí. Estoy enganchada a ti. Que cómo mejor estamos es soñando en abrazarnos y abrazándonos. Cómo mejor estamos es soñando en besarnos y tener tus labios a milímetros de los míos suspirando mientras te digo lo mucho que te quiero así como tanto te gusta a ti. Cómo mejor estamos es mirándonos a los ojos sin pantallas de por medio para comprobar que tienes el mismo efecto que tenía tu voz al llamarnos y sí, joder, lo tiene. Cómo mejor estamos es esperándonos y soñando que nos tendremos mientras nos queremos, aún estando lejos. Cómo mejor estamos es pensándonos sabiendo que llegará el día en el que nuestros besos nos impedirán pensar y nos dejaremos llevar como tantas veces hemos soñado. Soñaba despierta contigo y ahora que no te tengo ni sueño ni duermo y sólo te espero. Y así no es cómo mejor estoy, preferiría estar recibiendo algún que otro mensaje tuyo mientras me oyes reír por nota de voz y te susurro despacito todo aquello que te vuelve loco, y ver cómo te muerdes el labio sabiendo que llegará el día en que sea yo la que te lo muerda. Y sí, puede que sean duras las ganas de nosotros, de tenernos pero no hay nada más bonito que ser más fuerte que el miedo y que las ganas de tenernos superen a cualquier distancia posible que nos separa sabiendo que cualquier día, a cualquier hora la distancia que nos separe sea solo la de nuestra ropa y poder encontrarnos para perdernos el resto de nuestras vidas, y juntos, mejor, así es como mejor estamos amor.

-Ann.

Esa risa que te daba la vida y ahora que no la tienes, te la quita.


Y de repente, sucede, pasa que conoces a alguien que te cambia la vida, ese alguien que le da sentido a todo lo que antes no lo tenía. Esa persona que te alegra las mañanas con sus buenos días, y hace de las noches el mejor momento del día. Esa persona que con su risa te da la vida y que si pudieras; dejarías esa melodía como despertador, a dos centímetros de tu oreja. Y desde ese momento sueñas con poder abrazarlo y tenerle cerca con que sean sus besos los que te despiertan y tú le susurres bajito ese 'cinco minutos más'. Cinco minutos que dedicáis a quereros a base de besos, a caricias erizando la piel a su paso, a susurrarte bajito lo mucho que me encanta ser tuya y tú mío. Cinco minutos en los que me dedicaría a mirarte para recordar tu perfecta nariz, tus ojos color café que quitan el sueño a cualquiera, esas largas pestañas en las que más de una estaría dispuesta a perderse, esa sonrisa que morderías día si y día también, y le miras queriendo recordar la forma de sus labios cuando ríe por si se va, porque sabes que lo peor no será que se vaya sino que será olvidarle y no recordar cómo era esa sonrisa en la que te perdías y esa risa que para ese entonces parecía que te daba la vida y ahora que no la escuchas en vez de dártela, te la quita.

-Ann.

dilluns, 20 d’octubre del 2014

Hoy he oído como hablaban de ti.


hoy he oído como hablaban de ti, aunque siempre digo que se callen; que no quiero escuchar como eres feliz pero no he podido evitarlo. Ha sido escuchar tu nombre y que me empiecen a sudar las manos, he vuelto a escuchar el latido descontrolado de ese corazón que creía que se había quedado sin vida, esas pupilas dilatadas que ante todos me han delatado; esa sonrisa que he intentado esconder y no he podido al oír cómo hablaban de ti. Y yo pensando que ya no me afectabas, pensando en que si me preguntaban por ti, ya no me dolerías ni tendrías todos esos efectos en mi pero, mírame, vuelvo a estar y desde que te habías ido yo ya no era. Ya sabes que sin ti no soy y ahora parece que vuelvo a ser. 

hoy he oído como hablaban de ti y aunque he empezado a sonreír sin quererlo, he acabado llorando queriendo, porque sí, a masoquista no me gana nadie y he llorado sabiendo lo bien que te va sin mi; que sigues hiendo a ese bar en el que cada mañana te pedías un café solo pero conmigo, ese en el que entrelazabas una de tus manos con las mías debajo de la mesa y entre susurros me decías '¿sabes lo bonito que es quererse y que ni el mundo se de cuenta de que lo hacemos?', me han dicho que sigues sonriendo con esa sonrisa matadora dejando a su paso víctimas mortales pero que ninguna tiene el poder de acabar contigo como yo lo hice. Dicen que en ocasiones todavía me buscas pero que al mundo tus besos no le faltan y que a falta de los míos buenos te son los de cualquiera. Dicen que el color de tu mirada ha perdido su esencia desde que no es a mi a quién me miras. Dicen tantas cosas que nunca sabes lo que creer..dicen que me echas de menos pero si la gente tuviese razón ya habrías vuelto a nuestro sitio favorito del mundo a la misma hora de siempre pero yo he vuelto y te espero y no estás. Intento esperar esos diez minutos de siempre que te hacías de rogar pero ha empezado a hacer frío y el invierno ya es suficientemente frío sin ti.

hoy he oído como hablaban de ti y ya no me dueles- me gustaría decir- pero supongo que eso es algo que no puedo. He oído como hablaban de ti y aún rompiéndome más por dentro, no he dejado de sonreír ¿sabes por qué? Por que quiero que cuando esa gente que me habla de ti, te hable de mi; te diga que estoy de puta madre, que no te necesito y que parezco feliz. Quiero que cuando te hablen de mi; te salga esa sonrisa que siempre te salía esperando que yo la besara y que entonces notes esa ausencia de mi sabiendo que ninguna otra logrará lo que yo logré. Sabiendo que no hay una chica mejor para aguantar a un loco enamorado como tú. Así que no me pidas que te espere que yo ya no lo haré. Y solo espero que cuando te hablen de mi te sientas tan vacío como me siento ahora, espero que cuando vuelvas a nuestro bar a tomarte ese café lo notes amargo y no vuelvas nunca más queriendo dejar todo nuestro atrás. Espero que busques a tientas mi mano bajo esa mesa y solo encuentres ese espacio vacío que no te complementa como yo lo hacía. Solo espero que cuando te hablen de mi tu pulso se descontrole, agaches la mirada esperando levantarla y tenerme ahí, que se te dilaten las pupilas al verme sabiendo que eso es lo único que necesitas, espero que te muerdas el labio conteniendo esas ganas de mi y sólo...no me veas ahí. Espero que cuando te hablen de mi te sientas tan perdido y con ganas de buscarme como yo he tenido día tras día; que te hablen y duela y que en ese entonces te des cuenta de si has salido ganando con lo que has acabado perdiendo. 

-Ann.

dijous, 16 d’octubre del 2014

Tienes miedo y eso duele.


¿Sabes cuál fue tu error? Decidiste tomar la vía fácil y rápida pensando en que no te iba a doler, preferiste irte de mi vida antes de venir conmigo, buscarme, contarme tus miedos y yo poder calmarte, para eso estaba y no supiste verlo. No iba a decirte que las cosas iban a estar bien porque ni yo misma lo sabía pero hubiese hecho que esos miedos dejasen de controlarte y hubiese evitado ese error tan grande que has cometido. Dejarnos ir, así sin más, sin venir a cuento. De un día para otro, simplemente nos perdimos; como si fuésemos dos enamorados que ya no se quieren tanto y no, joder, yo te sigo queriendo igual o más que el primer día. Sigo siendo la tonta que espera a que vuelvas porque no quiere aceptar que ya te has ido, no puedo. A veces me paro a pensar y me pregunto si todo esto no te duele, si me echas de menos tanto como yo hago contigo; ¿le hablarás a alguien de mi? Cosas estúpidas supongo. 
Recuerdo que me decías que perderme te dolía, hablarme te dolía, no tenerme te dolía pero..¿y lo que a mi me duele no cuenta? Joder, que no hay noche en la que no te llore porque te echo en falta. Me dolió darme cuenta que no tenías la suficiente confianza para contarme todo aquello que te atormentaba, me duele que hayas tirado la toalla y no hayas seguido luchando por algo que, ambos, creíamos que valía la pena. Me duele dolerte. Me dueles. Tú, en todos los sentidos de la palabra dolor. ¿Como coño pasa una persona de hacerte feliz a hacerte daño? No tengo ni puta idea pero, tío, no dolías cuando me llamabas para escuchar mi voz de recién levantada y te reías de mi risa, no dolía el ponerme nerviosa cuando decías que ibas a llamarme sabiendo que odio hablar por teléfono, no dolía saber que te quedabas unas horas más conmigo cada noche, no dolía que hicieses eso por mi, no dolía tener una sonrisa constantemente en mi cara por tu culpa, ni tampoco dolía dejarme el móvil en sonido cada mañana para que tus buenos días fuesen los que me despertaran, no dolía oírte suspirar al otro lado del teléfono sintiendo que lo tenías todo ni tampoco dolía imaginarnos acurrucados juntos en el sofá sabiendo que eso era lo único que necesitábamos, no dolía quererte y joder cómo duele el no tenerte pero, eso ¿a quién le importa? A nadie le importa que eso me duela y si esto es lo que querías, adelante, si querías echarme de tu vida como se echan a las cosas que no quieres, aquí lo tienes. No digo que sea lo mejor, para mi no lo es; pero tenerte a ratos no es suficiente, no puedo fingir que no me duele. Tú me hablas de tu dolor y yo te hablo del mío, dolores distintos pero, chico, el dolor más bonito has sido tú y a veces me paro a pensar y desearía que dejásemos de dolernos y empezarnos a querernos como hacíamos sin importar si los ojalás que nos imaginamos dejarán de ser eso y pasarán a ser aquello que tanto ansiamos. No sé qué coño será de nosotros pero quiero que sepas que aunque me vaya de tu vida, aquí voy a seguir queriéndote; es que no me sale no hacerlo y espero que te valga la pena dejar todo esto porque a mi valer la pena no me la vale, sólo me la da. Es una pena que algo que era tan bonito acabe doliendo tanto, ¿no recuerdas lo felices que habíamos llegado a ser? Dime, ¿dejaste de sonreír en algún momento cuando estábamos juntos? Dímelo, necesito oírlo.
Me cuesta tanto seguir escribiéndote pero siento que esta es la única forma que tengo de tenerte y, joder, te necesito. Recuerdo que una vez me dijiste que no te cansabas de quererme y que me necesitabas, ¿tan rápido te has cansado? No puedo entenderlo pero no te preocupes, supongo que el que habla es este maldito dolor que sólo quiero que se acabe pero parece que se quedará para largo. ¿Sabes lo que pienso? Que no supimos cuidar este amor, no supimos regarlo día a día y a la larga se ha acabado marchitando y ahora ya no queda nada. Sólo quedan un par de desconocidos con recuerdos en común que, en partes distintas del mundo, se siguen queriendo y que por miedo no se arriesgan a tener algo tan bonito como lo que teníamos. Bueno..rectifico; yo sí me arriesgaría pero ya me conoces, yo siempre espero lo imposible aun sabiendo el propio significado de la palabra. Espero que vuelvas y me digas que me quieres; que todo vuelva a ser como antes pero eso es algo que ambos sabemos que no va a pasar, ¿y sabes porqué? Por que tienes miedo, pero yo también lo tengo y aún sabiendo lo insegura que soy ¿sabes qué? Hacía tiempo que había dejado de tenerlo porque tenerte a ti valía mucho más la pena que vivir con ese miedo que a la larga no me daría los besos que tu ibas a darme y que ahora ya no nos daremos. 


-Ann.

diumenge, 12 d’octubre del 2014

Si de algo estoy segura de que vale la pena; ese algo eres tú.



Esto va para ti, sí el que está leyendo esto.. sólo quiero que pongáis cualquier canción de fondo y leáis esto atentamente. A mi, en mis peores días me hubiese gustado que alguien me dedicase este tipo de palabras que voy a dedicaros ahora.

No sé si para vosotros este es un buen día, ni siquiera sé si os habéis levantado con el pie izquierdo ni tampoco a qué coño viene ese dicho pero hay días en los que no sabes porqué, te vienes abajo sin motivo aparente y a veces desearías que alguien te entendiera o que simplemente alguien se diese cuenta para así poder darte un abrazo de esos que, a veces, necesitas y no tienes. Cada uno tiene su vida, sí, pero no siempre cada persona es lo suficientemente fuerte para poder con ella.. la mayoría de las personas de nuestro alrededor ni se dan cuenta de lo hecho mierda que llegamos a estar a veces, se supone que para nuestra edad no existen los problemas y, el único problema es que no se detienen a conocernos, ni siquiera a preguntarte si estás bien o cómo te ha ido ese examen, ¿qué tal con las amigas? ¿y ese chico que te gusta qué? ¿y lo poco que a veces llegas a quererte? ¿si aún sigues llorando a esa persona que has perdido? Nunca se paran a preguntar si estamos teniendo un buen día hasta que no nos ven en nuestros límites y lloramos y, a veces, es bonito que alguien se de cuenta de que estás mal antes de llegar a esos extremos y por eso, hoy, aquí y ahora, quiero deciros que por muy grandes o pequeños que consideréis vuestros problemas; no hay nada que no se arregle con el tiempo. Y quiero que aunque miréis a vuestro alrededor y no veáis a nadie, siempre tendréis a alguien- yo, o cualquier otra persona- que quiera veros felices. Es duro, es duro seguir día tras día cuando te das cuenta de que hay la misma mierda de siempre en diferentes momentos y que parece que no se acaba pero oye, somos jóvenes y las malas rachas no pueden durar eternamente, siempre podemos intentar echarle huevos y acabar con ellas antes de que éstas acaben con nosotros. No he venido aquí a deciros que todo va ir a bien, ni que las cosas mejorarán porque eso no lo sé ni yo, sólo he venido a deciros que no estáis solos porque estoy segura que en cualquier parte del mundo tenéis a alguien que sería un poco más feliz si vosotros lo fueseis y por eso, muchas veces yo sonrío, por ellos. Porque me paro a pensar y me doy cuenta de que mi felicidad no solo es la mía sino también de aquellos que me importan y les importo. Y no sé si hoy para vosotros es un buen día pero, chicos, quizás mañana lo es y vosotros podríais hacer que lo fuese; siempre he dicho que todo se arregla menos la muerte y para eso; aún queda mucho. Y, escúchame.. sé que eres fuerte; sólo hay que verte después de haber soportado toda la mierda que has tenido que soportar, sigues aquí, mírate, yo estaría muy orgullosa de alguien como tú. Así que no des todo por perdido, ni te hundas porque no vale la pena y si de algo estoy segura de que vale la pena; ese algo eres tú. 

Así que, si en algún momento tienes ganas de llorar, hazlo. Nunca viene mal pero quiero que hagas una cosa; cuando acabes de llorar, vete al baño, sécate las lágrimas y lávate la cara y sonríe al espejo y, así, con esa sonrisa es como quiero verte. Y estoy segura que llegará el día en que sonrías frente al espejo y será de verdad porque serás feliz y yo, aquí perdida, estaré muy orgullosa y feliz de que lo seas porque después de toda esta mierda, te lo mereces más que nadie y eso quiero que lo sepas. 


-Ann.

Y en noches tontas sólo quieres desaparecer.



A veces desearía poder parar el tiempo y decirle a mi corazón que se detuviera con ésta mierda; que dejase de latir por ese alguien que ya no está, que ya no tiene sentido seguir mirando atrás creyendo que volverá. Pero no sé qué nos pasa que tenemos esa extraña manía de no perder nunca la esperanza creyendo que existe la posibilidad de que vuelva, ¿por qué no? Te preguntas, si te quiere tanto como decía e incluso más de lo que tú llegas a quererle, vendrá..pero, ahí está la trampa, que no te quieren lo suficiente- o nada- cómo para quedarse. Mira a tu alrededor y dime, ¿qué coño ves? Porque yo no veo nada, ¿no te cansas de dar, dar, dar y no recibir nada? ¿no te das cuenta que por mucho que des toda tu vida por alguien, ese no la dará por ti? Es injusto, lo sé, pero no todos estamos dispuestos, como tú y como yo, a querer cómo queremos. Y no aprendemos eh, damos todo lo que tenemos por alguien que al final se va y te quita todo lo bueno que tenías y que te había dado y, le lloras, porque sí, lo haces; no te engañes. Y no le lloras porque te haya dejado sin nada, le lloras porque esa persona te ha importado tanto que el vacío que te ha dejado al irse no es comparable con ningún otro tipo de vacío. Piensas que quizás con cada lágrima llenarás ese hueco que han dejado pero sabes que, ni aún pasando años, nadie será capaz de significar lo que él y no sé cómo me lo monto que; cada noche, intento odiarle pero al final solo acabo odiándome un poco más a mi por pensarle tanto; ¿os he dicho que odio las noches? El otro día, me vine abajo- ¿cuando no me pasa eso?- Y le lloré, joder si lo hice; me senté detrás de la puerta de mi habitación y lloraba y le gritaba en silencio a este vacío que me ha dejado; ¿habéis tenido nunca ese pensamiento de querer desaparecer? Joder, yo últimamente lo tengo constantemente. Sentía que nada tenía sentido desde que nos habíamos dicho adiós; y le lloré supongo que no lo suficiente cómo para que volviera pero sí lo suficiente para darme cuenta que no valía tanto la pena. Sabía, entre lágrimas, que aunque pasara el tiempo y él intentase enamorarse; nunca encontraría a alguien que, como yo, le quisiera incondicionalmente a pesar de sus miedos e inseguridades, a pesar de toda la mierda que llevábamos ambos encima. Era capaz de soportar todo eso suyo tan sólo por tenerle sin saber que, a la larga, acabaría hundida de tal manera que parecía que la única persona que podía sacarme de ésta mierda; era la misma que me había hundido en ella. 


-Ann.

dilluns, 6 d’octubre del 2014

Lo raro no era quererla, lo raro era que alguien tan increíble como ella, no se quisiera.

Ella se odiaba pero la primera vez que la vi pensé en que tenía los hoyuelos más bonitos que había visto jamás y, por eso, siempre intentaba hacerla reír porque aparte de ser una de las mejores melodías que cualquier cantante desearía, en ese instante aparecían de nuevo esos hoyuelos que podían acabar conmigo. Ella siempre decía que todo el mundo le decía que tenía una sonrisa preciosa y no se equivocaban, creo sin duda alguna que esa era la sonrisa más sincera y aún teniendo imperfecciones, la más perfecta. Y la hacía reír porque eso me daba la vida, tío. Te miraba fijamente mordiéndose el labio intentando aguantar sin reírse sabiendo que segundos después iba a estallar a carcajadas y mientras, yo, me fijaría en como se le achinaban los ojos, en como se tapaba la cara para no verla reír así, y ese sonido podía darle vida a cualquiera y eso me molestaba porque sólo quería que me la diese a mi. Ella siempre me decía que la odiaba, que no le gustaba reír pero por mi aprendió a hacerlo sin miedo a que la gente de alrededor la mirase, yo siempre le decía que estaba preciosa y reía. A carcajadas. Creyendo que le mentía y no, joder, odiaba que se quisiera tan poco. Me había pasado días y noches deseando que ella se pudiese ver con los mismos ojos con los que yo la miraba para saber que era la persona más bonita que nadie se iba a encontrar jamás.

Ella odiaba su pelo, siempre lo usaba como escudo e intentaba taparse los ojos con él sin saber que por muy común que fuese el color de sus ojos, le quitaban el sueño a cualquiera, a mi. Y no sabéis las veces que había deseado abrazarla y esconderme en su larga melena y oler esa fragancia a coco que me volvía loco. No sabéis las veces que he pensado que el mismísimo paraíso estaba ahí, en su cuello, ni tampoco las veces que he deseado enredar mis dedos por todo su pelo, esa larga melena que parecía estar tejida por dioses que intentaron hacerla perfecta y lo consiguieron. 

Ella odiaba mirarse al espejo pero por mi lo intentaba; a veces la veías ahí delante, frágil y callada, mucha gente pensaría que simplemente se estaría observando pero yo, yo sabía que dentro de su mente no dejaba de repetirse lo horrible que era y cómo alguien como yo podía quererla. Y cuando la veía demasiado seria, me ponía justo detrás suya, la rodeaba con mis brazos y me apoyaba en uno de sus hombros y la miraba fijamente en el reflejo del espejo y con una pequeña sonrisa le decía lo preciosa que estaba y, aunque no quisiera, ella siempre acababa sonriendo. Y después se giraba, se giraba para besarme sabiendo que en ese beso me decía aquellos 'gracias' que no tenía valor a pronunciar sabiendo que, con esas estupideces que yo le hacía, empezaba a quererse un poco más.

Ella odiaba tantas cosas que yo empecé a querer pero, hostia, teníais que ver lo feliz que era cuando estaba conmigo, se reía sin miedo, se miraba al espejo sabiendo que yo aparecería por detrás, se peinaba queriendo estar más guapa sin saber que a mi me gustaba más desmelenada, más despeinada; a lo loco, después de hacer el amor; en ese instante cuando me sonreía y me decía lo mucho que me quería estaba preciosa. Qué digo preciosa, estaba increíble, insuperable. No había cosa más bonita que verla despertar entre mis brazos y sentir que cada vez que ella no podía más, se venía a refugiar en estos sabiendo que ahí, era el mejor lugar de todos en el que llorar porque sabía que yo la cuidaría y, ahora que no estoy ahí para cuidarla me pregunto si se seguirá queriendo como me gustaría que lo hiciese, queriéndose tanto como yo le quise y le quiero.

Ella se odiaba y yo la quería y quería enseñarle en que lo raro no era que alguien como yo, un gilipollas, la quisiera..lo raro era que alguien tan increíble como lo era ella ni se amara. Era fácil de querer, joder, la mirabas y te sonreía y ya la querías. No podías no hacerlo y yo tuve la suerte de conocerla y es que cuando encuentras a alguien así piensas en todas las noches en las que has estado solo y, te das cuenta de que esas noches no eras ni la mitad de feliz que lo eres con ella y sí, la quise y lo sigo haciendo y ella no se quedaba corta en eso, no sabéis lo bonito que quería, a su manera porque ella nunca te lo decía pero te miraba a los ojos y sabías que lo hacía, con ese brillo te decía lo mucho que te quería y hasta ahora no hay nadie que me haya querido así y aunque la haya tampoco la quiero como la seguiré queriendo a ella. No habrá otros hoyuelos en los que me pierda ni a los que quiera besar, ni unas ojeras tan bonitas por las que velar, ni unos labios mejores a los que besar, ni una chica tan perfecta como lo era ella a la que querer y amar. 


-Ann.

dissabte, 4 d’octubre del 2014

Gente que no se quiere y están juntos y nosotros, amándonos, nos dejamos ir.

hoy he decidido que ésta será la última vez que te escriba, al menos, de eso intento convencerme. Seguiré escribiendo pero me guardaré para mi el por quién escribo, nunca nadie lo sabrá; se pensarán que solo lo hago por hacer, que no viene por ti. He decidido escribirte y no quemaré la carta, prefiero que se la lleve el viento, quién sabe, quizás llega a manos de alguien que cree que lo más bonito del mundo es el amor y se dé cuenta de cómo son las cosas, que no siempre hay finales felices, que yo no soy para ti tanto como creía que tú eras para mi; que ya va siendo hora que la gente abra los ojos y se dé cuenta de cómo son las cosas en esta vida, que no siempre te quieren con la misma intensidad con la que tú quieres y, casi siempre, resulta que sales perdiendo. Pierdes por el camino las promesas que os hicisteis, los planes con los que soñasteis, las risas que dijisteis que algún día las tendríais a dos centímetros de distancia y no a kilómetros. Pero se han quedado en el intento, un intento demasiado bonito que jamás sucederá y, qué decirte, es una pena. 

He salido fuera a escribirte, sentía que en casa se me venían las paredes encima, cada rincón de allí me recuerda cada cosa que nos dijimos, cada cosa que prometimos que sucedería aunque todo se tornase difícil y, mírame, en medio de la calle hundida intentando encontrar las palabras exactas para despedirme de ti y no las encuentro. Sólo sé que está lloviendo y no me importa mojarme; han habido lluvias peores que he tenido que soportar yo sola y no han podido conmigo. Hace frío, el vaho ha empañado el cristal de mis gafas y he tenido que quitármelas, total me las hubiese quitado igual por culpa de mis lágrimas, ya sabes que las despedidas nunca han sido lo mío. Y me tiemblan las manos, no sé si por culpa del frío o por tu ausencia, por saber que no estarás aquí para calmarme cuando más miedo tenga. Y éste es uno de esos momentos en el que más miedo tengo porque decir 'adiós' es duro si no sabes hasta cuando será el próximo 'hola' y si ni siquiera existirá. Y no sé, hoy es un día en el que no sé nada, ni qué vendrá, ni si volveremos a encontrarnos, si me dejaré buscar cuando me necesites, si te dejarás encontrar cuando note esta ausencia de ti. Es un 'no sé nada' constante que me está matando lentamente por dentro y me siento perdida en medio de tanta gente. Y te escribo, sin saber si entenderás la letra entre tantas lágrimas que han ido a caer en la hoja.. te escribo diciéndote tantas cosas...

"El odio que debería tenerte tendría que ser proporcional a todo lo que he llegado a quererte pero, ya ves, no puedo, he intentado cabrearme con todo esto que siento, con todos los recuerdos que hemos dejado atrás y no puedo porque apareces en cada una de tus fotos con esa sonrisa que hace que se le pase el enfado a cualquiera. Y me vienen a la mente todos aquellos momentos en que te la mordías-la sonrisa, digo- aguantándote esas tremendas ganas de mi sabiendo que el día que nos viésemos ardería el amor y dejaríamos una marca en la historia a besos, y nos versaríamos durante toda la noche queriendo parar el tiempo y recordar ese instante durante el resto de nuestras putas vidas. Pero ese momento no llegó, la historia acabó antes ni siquiera de haber empezado y mira que había oído historias bonitas pero la nuestra las superaba con creces, amor, y en ocasiones como esta pienso en lo injusto que es el mundo, que gente que no se quiere está junta por no acabar sola y gente que se ama por encima de cualquier cosa- como nosotros- se deja ir como si de verdad fuese lo mejor para todos y, no sé como te lo haces para olvidarme tan rápido y yo para seguir queriéndote tan lento, no vaya a ser que se me acabe todo el amor que tengo para darte. Tanto amor que no hemos sabido aprovechar y, es una pena. Mucha gente me dice que te deje ir, que no vale la pena pero eso es porque no te conocen, que no saben que con el sonido de tu risa paras el tiempo, el mundo y quizás también un poco mi corazón pero eso no tiene por qué saberlo nadie. Que me dicen que no sirve de nada quererte si no te tengo pero lo que ellos no saben es que te sigo queriendo por si así te acabo teniendo. Llámame tonta pero,  éstas son las esperanzas que mi pobre corazón quiere albergar pensando en que cualquier día, a cualquier hora, volverás. Y no quiero quitarle la ilusión al pobre, que sé lo que duele."

Y no sé qué me pasa que siempre que le escribo siento que nunca será suficiente, que siempre me faltarán palabras para él, me faltarían hojas y diccionarios para poder decirle todo lo que llego a quererle aún sabiendo que ya es tarde para un par de enamorados como nosotros. Sólo espero que si alguien encuentra esta carta, tenga más suerte de la que hemos tenido nosotros. Y si algún día, por razón alguna lees esto, no me lo digas porque saber que lo haces y no vuelves, duele más que saber que sigues con tu vida como si nada, como si yo no hubiese significado todo lo que prometías pero ya sabemos todos como son las promesas. Hoy te las hacen y nunca te las cumplen. Intento acostumbrarme pero es que, de tus labios parecían tan reales; pero ser no es parecer. Así que si lees esto sólo quiero que me des la copia que te dí de la llave de mi corazón que yo me he quedado sin y tendré que dársela a mi próximo amor, si es que lo hay porque, después de ti, he dejado de creer en el amor porque tú te has llevado todo el mío.


-Ann.

dijous, 2 d’octubre del 2014

El Sol seguiría saliendo y la gente seguiría viviendo.

Siento que nada de lo que he hecho a lo largo de mi vida, ha valido la pena. La vida pasa y sólo hace eso, pasar. Y yo mientras me siento en el terrado de mi casa observando cómo el mundo podría seguir perfectamente sin mi; que el Sol seguiría saliendo y la gente seguiría viviendo. Siempre que subo aquí a observar la vida, lo hago con música y en momentos como ese es en los que me doy cuenta de lo sola que estoy y, por eso escribo, cómo si al mundo le importase mi vida, cómo si a esos desconocidos que me leen les importase de verdad el dolor que siento porque me acaban de romper el corazón; sólo un poco más de lo que ya estaba, un rasguño que ni con una dichosa tirita volvería a ser como antes. Y duele, claro que lo hace pero eso no le importa a nadie; a nadie le importa que no le encuentre sentido a la vida, ni que llores ni te sientas sola; ni siquiera a la persona que te ha roto. Mírate, ellos te ven reír y solo se preguntan como coño lo haces para ser siempre tan feliz. Pero no lo eres; y lo sabes porque últimamente no dejas de escribir. Y lo que la gente no sabe es que siempre que escribes, lloras creyendo que luego te sentirás mejor pero eso nunca pasa. Lo único que haces es sentarte ahí arriba observando el anochecer mientras te preguntas dónde o cómo empezó todo aquello que tanto te ha hundido pero no lo recuerdas, parece que sólo recuerdas que ha acabado, que ya no está. Y miras hacia el horizonte sabiendo que no va a volver y te secas esa lágrima que sin querer o queriendo, se te ha escapado sabiendo que vas a echar en falta poder ver como su piel se iluminaba por culpa de los rayos de sol que entraban por la ventana y sabes que esa, sólo es una de las miles de cosas que vas a echar de menos; como verlo medio desnudo caminando por tu pasillo, acurrucarte en su pecho en el sofá o incluso el mensaje en el móvil con sus buenos días aún teniéndolo al lado. Sabes que todo eso ha acabado y sólo pasa otro día y sigues ahí, tirada, observando la Luna; aquella con la que tanto te comparaba y te decía entre susurros que no tenía nada que envidiarte, que no había piel más blanca y más bonita que la mía a la luz de la Luna y, ahora la observo y echo de menos que esté aquí mirándonos a ambas intentando descubrir cual de las dos era la más preciosa cuando al final de la noche siempre me escogía a mi y se venía conmigo. Y, ahora, sólo me queda ella, y en noches como ésta me da por pensar y siento que no somos tan distintas; ambas, ahí arriba, solas, frías y rotas entre una oscura noche ignorando a las estrellas por un cobarde como él que ya no está y mientras la vida sigue y yo no sigo con ella; sólo la veo pasar.


-Ann.