dimarts, 17 de febrer del 2015

Cuando se trata de ti nunca me voy.


Vuelvo al sitio en el que te escribí la carta de despedida, ¿la recuerdas? Vuelvo aquí como si no me doliera estar en él. No sé exactamente lo que te quiero decir ni por donde empezar, solo sé que de tantas veces que he leído esa carta ya me la sé de memoria, sé que en ella te digo adiós, te pido que te quedes pero sobre todo que seas feliz si encuentras a alguien a quién querer. Sé que en ella te dije adiós pero sé de sobras que ese ni de coña era mi adiós definitivo porque cada vez que te escribo es como volver a ti, como volver a saludarte y volver a quedarme un rato contigo. Y sé sin duda alguna que nunca en la vida podré decirte adiós del todo, sé que si alguien me habla de ti aun sin ser tú del quien hablan, me acordaré de ti, sé que habrá miles de cosas en este mundo que me recordarán que te conocí, que me enamoré como una estúpida, que te quise como nunca más voy a querer a nadie, que me quedé con las ganas de poder abrazarte y besarte, que me quedé con las ganas de saber lo que era tener a mi persona favorita entre mis brazos pero sobre todo nunca voy a saber lo que significa poder escuchar un te quiero tan sincero como el tuyo a apenas dos milímetros de mis labios, me quedé con las ganas de despedirme con un beso y tal vez con un 'hasta pronto', no me gusta decir adiós porque decirlo implica tener que olvidar y aún habiéndotelo dicho mil veces ni siquiera ha habido una de ellas en la que intento ni siquiera un poco olvidarte. No sé por donde se empieza a hacerlo pero sí sé como acaba, acaba siguiendo mi vida sin ti y aún no me siento preparada para ello. Siento que una parte de mi aún se empeña en esperarte porque cree que a la mínima me vas a echar tanto de menos que vas a volver a buscarme como otras veces hiciste pero pasan los días, las semanas y ya han llegado a pasar meses y no hay rastro de ti. Miro a mi alrededor y no has vuelto, no escucho tu voz ni tampoco tu risa en ninguna parte y si la oigo es solo mi imaginación que sigue haciendo eco de tu risa desde la última vez que la oí y, joder, hace tanto de eso que siento que me hundo. Que no paro de ir hacia bajo cuando me gustaría estar arriba, no paro de hundirme y seguir hundiéndome porque no te encuentro en ninguna parte y sé que aunque fuera a buscarte ya no te acordarías ni siquiera de quién soy ni de lo que un día te hice sentir porque si realmente me hubieses necesitado como prometías, nunca, jamás te habrías ido y lo sabes, no me digas que no porque sabes que es así. Eras de las pocas personas que siempre estaba ahí, que me hacían feliz y a las que le dí el poder de escucharme reír porque eras de las pocas personas que se quedaban a oírme llorar. Te quedabas para calmar mis miedos, para decirme cuatro tonterías que me hacían reír, me decías que me querías y se me iban todos los males, ¿acaso no recuerdas nada de eso? ¿no recuerdas las veces que estábamos en el teléfono y éramos felices? ¿no recuerdas aquella vez que te dije que te quería después de un largo suspiro y dijiste sin duda alguna que ese era el te quiero más sincero que habías recibido en toda tu puta vida? ¿no lo recuerdas? ¿no recuerdas el miedo que tenía yo de perderte y decías que no tenía ni cabeza ni pies tenerlo? ¿cómo que no? Mírame, lo tenía porque sabía que te irías y que llegaría el día en el que te tendría que decir adiós y llegó, te dije adiós por decir algo porque sabía desde el primer día en el que te perdí que nunca en la vida podría deshacerme de ti ni de tu recuerdo. Sabía que no habría ni un solo día en el que no pensase lo mucho que llegaba y llego a necesitarte. Es que, no sé, sigo aquí hecha una mierda porque no sé si después de éste adiós va a haber ningún 'hola' más y eso me mata por dentro, el no saber de ti, el no saber si seguirás recordándome como yo te recuerdo, si me seguirás escribiendo como te escribo y me mata el no saber si después de decirme adiós has hecho lo que todos hacen, olvidarme, dime, ¿acaso has olvidado a la mejor persona que decías haber conocido? Porque para mi parece que no ha pasado el tiempo, me dejaste un domingo y parece que solo es lunes por la mañana y que todo ha sido una pesadilla y que en un rato me llamarás pero miro al móvil y parece que no tengo cobertura o que tu has olvidado mi número para llamarme porque ya no sale tu nombre en la pantalla y en vez de ser septiembre que es cuando todo verdaderamente se acabó, ya ha llegado Febrero y de aquí poco daremos la bienvenida a marzo y, siento que el tiempo pasa menos yo, que tú ya no pasas por mi vida como la hacías antes pero que si alguien me pregunta que coño es lo que me pasa, siempre pensaré que me pasas tú. Que no puedo olvidarte, no hago más que recordarte, llorarte, pensarte, amarte; hago todo el arte que te pueda pasar por la cabeza menos olvidarte, parece que cuando se trata de ti eso no me va, así que no te creas ninguno de mis adiós porque cuando se trata de ti nunca me voy. 

-Ann.

Si esto se acaba el que pierde vas a ser tú.


Vienes, te vas, vuelves a venir, me dices lo mucho que me quieres, vuelves a pirarte como si nada, vuelves de nuevo diciendo que me echas de menos como si eso fuese verdad, te quedas poco tiempo, te lloro de nuevo, sales con otras, vuelves diciendo que ellas no son yo, vuelves a irte diciendo que no significo nada para ti y aún así sigues volviendo y lo peor de todo no es que vuelvas, lo peor de todo es que todas y cada una de las veces que vienes, yo te permito quedarte y, ¿sabes por qué? Porque nadie en su sano juicio se permitiría perderte para el resto de su vida, ni siquiera yo que he soportado todas y cada una de tus mierdas. Y aquí sigo, pensando en que cambiarás, que volverás a ser el mismo que el de los primeros meses pero el tiempo pasa y sigues siendo esa mierda de persona que no deja de romperme con falsas ilusiones. Y aún sabiendo que todo lo que llegas a decirme es mentira no puedo o no encuentro la forma para mantenerme alejada de ti, cómo que no me sale apartarme de lo más bonito que me he encontrado. ¿Debería alejarme? Me pregunto todas las noches en las que acabo llorándote porque no estás aún sabiendo que, tal vez, mañana volverás y con un par de palabras ya volveré a ser tuya. Claro que debería, debería decirte que se ha acabado, que no puedes jugar conmigo de la misma forma que juegas con las demás, que no deberías romperme después de lo mucho que he llegado a dar por ti que ni siquiera has visto, no deberías dejarme sola mientras te lloro y no importarte una mierda lo que sienta aquí dentro pero irremediablemente vienes sonriendo como si lo único que necesitaras fueras a mí, me dices que me quieres, que me has echado mucho de menos y lo mucho que llegas a necesitarme y en esos momentos siempre sobran las palabras, te abrazo, me besas y ya estoy perdida incluso antes de que te hayas marchado y, al irte, no quieras saber cómo me quedo, no quieras saber lo mucho que te lloro y le pido al mundo el volver a tenerte en breves aún sabiendo que no seré la única a la que has estado besando últimamente. Y, joder, no veas como duele el tener que soportar todo esto, que vuelvas y te vayas como si yo solo fuese una estación de tren en la que estás de paso y que al llegar el próximo tren te irás pero aún así, sigo pensado que ese dolor es soportable comparado al dolor que sentiría si no volvieras pero no sé qué coño me pasa estos días que siento que tenerle y no tenerle es lo mismo, me duele igual. Me he dado cuenta estas últimas noches que no me compensa tener esas palabras bonitas que yo también puedo decir sin sentirlas solo para tenerlo un ratito más aquí, no me sirve de nada que me bese si no significa nada para él, no me sirve de nada que me acaricie si no nota la diferencia que hay entre mi piel y la de las otras. Es que, hostia, le miro y ya no le reconozco, cómo que no es la persona de la que me enamoré y yo como una estúpida que sigo enamorada de los recuerdos me dió, me sigo quedando para a ver si queda un poco de él, de aquel que realmente me hizo feliz pero a estas alturas ya lo dudo. No sé ni quién es él ni en quién me he convertido yo. Solo sé que ya no soy feliz, que no me compensa que vuelva si no se queda, que no me compensa un rato con él sabiendo que ahí fuera pueden haber miles de personas que vean en mi lo que un día él vio, miles de personas que quieran quedarse, besarme y seguir besándome hasta desgastarme hasta el fin de sus días y solo espero que cuando esa persona aparezca, él se de cuenta de lo mucho que la jodió al perderme. Que sí, que puede que sea duro para mi dejarle, puede que sea de las cosas más difíciles que vaya a tener que hacer pero tengo que mirar por mí y aprender a romper con la gente porque si él se va es porque no era para mí y porque el mundo tiene algo mucho mejor que traerme, aunque no lo crea, aunque solo piense que él es la persona que quiero para el resto de mi vida. No me lo merezco, no me merezco que me quieran cuando le venga en gana y que ni se acuerde de mi nombre cuando se va por ahí, quiero que me busquen porque me necesitan, que se queden porque quieren y que me quieran porque les sale solo, porque le nace el mirarme de esa forma en que me mira, que me acaricie como si fuese lo más preciado que tiene y que no quiere que se rompa, quiero a alguien que me mire como nunca más mirará a nadie y no alguien que ni me ve porque por ahí a su alrededor hay miles de chicas más cuando aquí hay una que solo tiene ojos para él. Y puede que a él le dé igual perderme, supongo que ni le dolerá y que tampoco significará nada pero solo estoy segura de una única cosa; el que saldrá perdiendo al no tenerme es él y no yo porque yo puedo volver a querer a quien me de la gana con la misma intensidad que le quise a él pero pongo la mano en el fuego sabiendo que no me quemaría a que nadie podrá llegar a quererle ni la más mínima parte de lo mucho que yo le quise y ya no le quiero. 

-Ann.

dimarts, 3 de febrer del 2015

Éramos felices y nosotros sin saberlo...


Antes, cuando eras pequeño, tu mayor preocupación era saber que dos más dos son cuatro y ahora desearías con todas tus fuerzas que ese fuera el mayor de tus problemas. Cuando eras pequeño parecía que todo te ilusionaba en ésta vida y no tenías miedo de hacerlo, ahora tienes que andar con pies de plomo porque si te ilusionas te rompen el corazón y, es así y lo sabes... cómo cambian las cosas, ¿eh? Siendo pequeño deseas ser grande y siendo grande deseas no haber crecido.

¿Recuerdas la sonrisa que te salía el día que esperabas los reyes magos? Con esa tonta ilusión, ¿lo recuerdas? No había sonrisa más sincera que esa y ahora parece que al salir de casa no sabes qué sonrisa combina mejor con esa ropa que llevas. Cuando eras pequeña no sabías lo que era el no quererte a ti y cuando creces y te miras en el espejo parece que te sabes de memoria todas y cada una de las formas para odiarte y eso es muy triste...es triste pasar de ser feliz e inocente ante el mundo a no saber lo que es la felicidad y odiar al mundo por quitarte todo lo bueno que tenías cuando eras una mocosa. ¿Cuántas veces habremos deseado que el único de nuestros problemas fuese colorear sin salirnos de la ralla? ¿cuántas? Yo ya he perdido la cuenta. Los problemas van más allá de eso; pierdes a gente, las cosas cambian, conoces a gente nueva, te ilusionas, te odian, odias, te enamoras, pierdes (otra vez), quieres, te rompen, lloras, te rindes, te hunden, te odias...y podría seguir así durante horas y no acabaría y me duele que esto sea así, joder, con lo fácil que era sonreír siendo pequeña y lo difícil que es ahora dejar de llorar eh. Y por eso, hoy, me prometo que jamás, nunca dejaré de ser esa niña que antes era, jamás perderé esa risa que todos adoraban y ante mis problemas, borrón y cuenta nueva y si me salgo de la línea como cuando era pequeña, que le jodan, arranco la página y a seguir, solo quiero ser feliz, que ya me toca y, ¿a ti? ¿ya te toca o vas a seguir en esa mierda?

-Ann.