dimarts, 28 de juny del 2016

Ya no sabía ni quién era.

"Se reía como si no hubiese nada que le doliera, siempre echaba la cabeza hacia detrás -despeinándose- y se tapaba la sonrisa con una de sus manos dejando entrever entre sus delicados dedos, esos hoyuelos que cuando aparecían no parecía que fueran a desaparecer. Parecían dos pozos sin fin. 

Era de ese tipo de persona que te miraba con ese brillo en la mirada, como si lo que le estuvieras contando fuese lo más alucinante que ha oído en su vida. Ella se apartaba constantemente el pelo de la cara para que no hubiese ninguna barrera entre tú y ella y, aunque al principio eso podía ponerte de los nervios, ver que solo necesitaba mirarte para hacerte sentir como en casa era la mejor sensación del mundo. La mejor de las sensaciones si hablamos también de cuando te sonreía, sin venir a cuento; la sonrisa para reconfortarte en un momento duro, la de después de haber reído sin poder parar, esa sonrisa que solo dedicas a una persona que quieres de verdad, la sonrisa divertida por cualquier broma de las suyas, la sonrisa que usaba cuando alguien le daba una mala noticia, incluso esa era bonita. En esa última, si te fijabas mucho o si la conocías podías ver como su labio inferior luchaba contra la batalla de echarse a llorar pero nunca, nunca se dejaba vencer. 
Era ese tipo de persona que no necesitaba decir mucho para querer saber de ella, que no necesitaba ser el centro de atención ni ponerse el mejor vestido para destacar entre la gente; era ese tipo de chica que ya lo hacía por si sola, que no necesitaba nada más, solo ser ella en un mundo en el que por lo visto; estaría mejor visto que fueras como todo el mundo es. Ella era capaz de darse cuenta de si las cosas iban o no mal, parecía tener un sexto sentido para saber si algo iba a salir o no bien, se daba incluso cuenta de esos pequeños detalles que pasaban desapercibidos ante la gente. Y eso, ver que aparecía de la nada abrazándote sin saber por qué lo hacía pero acabar dándote cuenta de que incluso de lejos, ha sido capaz de ver en ti algo que no va bien cuando ni tú has sido capaz de decir nada solo por miedo. Siempre había sido de esas que siempre acaban mirando primero por la gente y luego ya si eso, con tiempo, trataba de cuidarse a ella -aunque a penas lo hacía-. 

Era sincera a más no poder, pero siempre te lo decía de tal forma; como si prefiriese hacerse daño a ella misma antes que romper a cualquier persona. Y no le importaba que una persona le rompiera, incluso se quedaba entonces y no porque se lo hubiese prometido a la persona, sino porque siempre se lo prometía a ella. Y eso, ese tipo de promesas, nunca las rompía, aunque a ella ya la hubiesen roto. 

Ella...era de esas personas que quieres mantener cerca porque sientes que las cosas son más bonitas, cómo que dentro de todo lo malo, ella te encontraba algo bueno, sobre todo cuando tú ni eras capaz de verlo. 

Y digo era porque con el tiempo, por culpa de las personas, por culpa de la vida.. hay cosas que cambian. Y, joder, no debería de ser así. No, joder. Y digo joder para hablar con fuerza y para que se note lo mucho que me fastidia que por culpa de todas esas mierdas, alguien pueda cambiar. Pasó de ser todo eso a ser esa chica que se tapaba los labios no cuando sonreía, no, se los tapaba para que no se les viera temblar cuando quería llorar. La gente la miraba a los ojos y no distinguían nada, no eran capaces de darse cuenta de si reía o si lloraba y, joder, ella hasta ahora siempre había sido capaz de todo por todos. Había pasado a ser la que ya no se apartaba el pelo para mirarte sino que lo dejaba ahí, como barrera para que no la descubrieras. De hecho se había vuelto incapaz de mirarte a los ojos más de cinco segundos por miedo a que vieras su desastre. Había pasado de hacerte reír con sus estupideces a casi ni notarla, solo por no cagarla. A veces se sentía hasta invisible; ni quién se supone que más la quería, la veía. Había pasado de reír por todo a no encontrar motivos por los que hacerlo así que supongo que ninguna de sus sonrisas era mi favorita porque ya ni las tenía.  que era mirarla y ya ni te encontrabas; eso que hasta ahora podías haber sentido como si fuera tu casa había cambiado; la mirabas y no solo no la encontrabas, ni tú te encontrabas.

Había empezado a callarse las verdades para no meter la pata como siempre porque si lo hacía, sentía que estaba decepcionando a alguien, qué estupidez. Le habían hecho creer eso hasta el punto de sentir que no podía decir o hacer nada porque todo iba a estar mal, parecía una persona que no podía pensar por si misma cuando dentro de su cabecita, había un mundo por descubrir que yo había tenido la suerte de ver. Parecía una puta muñeca de trapo que no tenía nada claro en la vida y que se dejaba mover por la gente solo para encajar. Solo por miedo, el puto miedo como siempre; la de veces que la había jodido ya.

Lo que no había cambiado es que seguía siendo esa persona que se daba cuenta de las cosas, de los pequeños detalles...de todo, en eso seguía siendo la misma pero dejó de valorarlos porque sentía que no valía la pena hacerlo, si la gente no la valoraba en ese sentido, ¿por qué debía ella hacerlo por los demás? Aprendió que no merecía la pena eso, eso ni tampoco ella; se había vuelto tan destructiva, como si realmente no se quisiera. Y si la conocieras, si la mirases y supieras leerla te darías cuenta de que era ese el problema; que no se quería. Te dabas cuenta de ello de la misma forma que también lo hacías hace mucho tiempo, la diferencia es que antes era capaz de esconderlo y que ahora ya no podía porque la gente había acabado de romperla. Había aprendido que quién le rodeaba nunca iba a tenerla en cuenta, que iban a machacarla y que lo que ella dijera nunca iba a estar bien, nunca. Y por eso empezó a ser distinta; ya no reía, ni sonreía, ni te escuchaba cuando estabas mal por mucho que se diera cuenta, ¿para qué si luego para ella nunca estaba nadie? Ya no te reconfortaban sus miradas y ya casi ni te abrazaba y al principio no entendía por qué; pero comprendí que estaba harta de abrazar a personas rotas para reconfortarlas y que nadie le abrazase porque ella ya no podía más, era tan jodido. Había pasado de ser alguien que destacaba por ser ella a ser alguien...alguien que nadie veía. Alguien que ya no sabía ni quién era, ni lo que quería, que no sabía absolutamente nada. 

Y lo odiaba, odiaba que la gente que se supone que la quería la hubiese reducido a polvo y que estaba a tan solo un soplo para hacerla desaparecer. Odiaba que la persona de la que se había enamorado, hubiese acabado marchándose como en su día prometió que no lo haría, odiaba que las personas que le rodeasen hubiesen tenido tanto poder sobre ella cuando en su día se prometió a si misma que nunca, pero nunca nunca existiría alguien sobre la faz de la tierra que lograse cambiarla, que lograse cambiar su forma de ver el mundo y que le quitase las ganas de vivir tan intensamente como siempre hacía. Y como ya he dicho, esas promesas nunca las rompía pero ésta, ésta a día de hoy -aún sintiendo que está en la mierda, aún sintiendo que se asfixia y necesita desaparecer- aún así, no es capaz de cumplirla. Y eso lo sé, lo sé no porque la conozca sino porque esa chica que ya no sabe ni quién es, es la misma que está escribiendo estas palabras intentando encontrarse y prometiéndose que sino es hoy el día en el que vuelve a ser ella, que si no es hoy el día en el que se quiere, en que si no es hoy el día en el que manda a todos y a todo a la mierda, que si no es hoy, me prometo que será mañana."

-Ann.