Hoy he vuelto a rozar con los dedos algunas de las palabras que dejaste en mí hace años. Mientras lo hacía, he vuelto a reírte y, quizás un poco, llorarte. Creo que en cierta forma mi cabeza había borrado de mi memoria la mitad de cosas que hicieron sentirme especial y, al mismo tiempo, mi corazón volvía a sentirse a salvo en ellas mientras las leía.
Me recuerdo en ellas y te veo conmigo, haciendo que todo se resuma en hogar y en ti. He sentido que casi podía tocarte, verte y quererte solo un poquito más, si me dejas. Te he encontrado mirándome de reojo como si no fueras consciente de que puedo verte y, me he acordado de la cantidad de veces que llegué a llamarte solo para decirte que te quería.
No sé si tú lo recuerdas pero, hubo una vez que me dijiste que nunca en la vida te habían dicho te quiero con el corazón en mano y el pecho abierto como había logrado yo contigo. Te lo dije en formato susurro y con risa de por medio y, aún así, no superaba nunca tu forma de hacerlo. Te callabas como si fueras a decir lo más importante en toda tu vida, escuchaba o notaba -no lo sé- tu forma de sonreír y segundos después me decías que me querías.
Y me sentía tonta.
Y me sentía tuya.
Y me sentía más mía que nunca, encontrándome gracias a ti y siendo contigo todo lo que quería y lo que había deseado ser siempre.
Y me sentía tonta.
Y me sentía tuya.
Y me sentía más mía que nunca, encontrándome gracias a ti y siendo contigo todo lo que quería y lo que había deseado ser siempre.
Y sí, por tonta nos he vuelto a leer y, eso me recuerda todo aquello que siempre han dicho por ahí, lo de "lo mejor llega cuando dejas de buscar". Y estoy segura de que con ello me hablaban de ti y de tu forma de llegar a la vida de alguien creando magia. Y cuando alguien llega, sabes que hay dos opciones: aquella en la que se queda y, aquella en la que casi ni descubres como se va. Porque a veces se nos olvida aquello de "nunca sabes cuando será la última vez de alguien contigo" y es que, recuerdo el momento exacto y, el último, en el que me hiciste llorar y, no te lo creerás pero soy incapaz de recordar el último momento que me hiciste reír, ni tampoco aquel en el que me dijiste, una vez más, que me querías. Y es que, hoy nos vuelvo a leer, a nuestra historia y lo que fue y, suenan aquellas canciones de fondo tan tuyas, y solo sé que vuelvo a echarte de menos a ti y a tu manía de no estar aquí. Porque al final las ausencias nos recuerdan que antes de su paso, ahí había algo lo suficientemente grande, especial y bonito como para que no lo olvides en toda tu vida.
-Ann.