dimarts, 9 de febrer del 2016

Siempre vas a recordarlas, ¿verdad?

Hace unos días, no sé cómo ni por qué, cuando me preguntaron por ti contesté refiriéndome a ti como al chico al que quise y no al que quiero y todavía no sé si lo dije por decir o si realmente siento que es así. Creo que si me hubiese parado dos segundos a pensar antes de responder, quizás te habría llamado -como siempre- aquel chico al que todavía quiero. La verdad es que no lo sé. No lo sé. 

Una parte de mí -esa que quiere seguir con su vida- intenta que todo vuelva a ser lo que era antes de ti porque sé que eso es lo que necesito pero hay veces que llega gente a tu vida, la disfrutas y sabes que tarde o temprano se irá y en ese momento lo piensas y no sabes lo que será de ti pero esa persona se marchará y será feliz de esa forma que te prometió que nunca lo sería sin ti. Y es jodido. Es jodido ver como la gente pasa página, como la gente puede seguir y hace como si nada. Ojalá y yo fuese de ese tipo de personas que siguen sin importar lo que duela, que no miran hacia atrás y que les importa bien poco si hace unos meses era más feliz de lo que es ahora, ese tipo de personas que no tienen miedo a lo que vendrá. Pero... no lo soy; siento que me encuentro en una constante espera por algo que no llega, siento que soy incapaz de seguir sin ese tipo de personas que han sabido hacerme feliz, es... no sé, ¿cómo coño lo hacéis para saber seguir sin la persona que había sido tan importante para ti? De verdad, decírmelo, porque lo hacéis con tanta facilidad que yo en mi puta vida podría fingir que no me duele, que no me importa.

Supongo que mi problema está en que nunca sé irme del todo de la vida de la gente por mucho que ésta siempre encuentre el camino a cómo dejarme. Es sencillo; conoces a alguien, sientes algo especial y que quizás te ha cambiado un poco la vida y disfrutas de ello sin miedo a lo que pueda pasar, compartes momentos -tanto buenos como malos- y se hace un hueco en ti e irremediablemente cuando esa persona decide que ese no es su sitio, que quizás las cosas no son tan bonitas como parece, que puede que no te quiera tanto como decía, que... no sé, que decida que la cosa se ha terminado; esa persona se va sin importar absolutamente nada y yo soy siempre la que se queda ahí, con un trocito de su vida y sin un trocito de mi. Y pasan los años, pasa la gente y siempre es la misma mierda; quieres creer que ésta vez saldrá bien, siempre quieres creer eso, ¿por qué no? Pero al fin y al cabo te acabas decepcionando otra vez, y ya son tantas que has perdido la maldita cuenta, ya no sabes ni la gente que había ni la que ya no está, lo único que sabes es que se han llevado tanto de ti que dudas si aún queda algo de la persona que eras. Y eso es lo que me fastidia, el sentir que alguien es importante y que yo, a veces, no soy ni la mitad de lo que ellos son para mi aunque supongo que a eso te arriesgas, a dar por alguien que al fin y al cabo lo único que va a darte es una patada en los morros y una buena hostia contra la vida, es así pero parece que no aprendo. Sigo como si nada, cuando realmente me duele todo y si os soy sincera ya no sé ni lo que queda de mi, solo sé que por mucha gente que se vaya, por mucho que hable de ti en pasado, aunque ni te mencione o haya quitado las malditas fotos que tenía colgadas en mi habitación contigo; a pesar de eso, no hay día en el que no eche de menos a alguien. 

Y supongo que echar de menos forma parte de la vida, lo que creo que no es tan bonito es desear que todas y cada una de esas personas vuelvan cuando sabes que ellas ya ni te recuerdan.

-Ann.