dimarts, 8 de desembre del 2015

El miedo.

No sé si es que soy yo que últimamente observo todo con lupa o qué es lo que pasa pero me estoy dando cuenta de algo; la mayoría de las personas vivimos con un miedo constante a todo; ese miedo a no saber qué va a ser de nosotros, el miedo de si vamos a elegir bien en la vida, si seremos capaces de continuar, si lo que hago hoy es lo que realmente quiero o me hace feliz, miedo a fracasar, a que todo salga mal, miedo a los cambios o a sentirte perdido. Miedo a no encajar o a fallar. Miedo a equivocarse.

Al fin y al cabo, miedo.

¿Por qué? Si las mejores cosas, los mejores momentos son aquellos en los que hacemos las cosas sin pensar, son esos los que más nos hacen felices. Esos en los que no puedes dejar de reírte e incluso lloras de felicidad. Tendemos a dar mil vueltas a cada cosa solo para escoger la elección correcta pero, ¿quién decide si es o no la correcta? No lo hace nadie, creo que eso es solo decisión nuestra así que no tengas miedo en hacer algo que crees que es lo correcto para la gente si eso no te hace feliz; haz lo que realmente a ti te parezca bien -aunque esté fuera de lugar- pero hazlo si realmente te hace feliz. A ver... claro que a veces hay que pensar las cosas antes que hacerlas y darle un par de vueltas pero no lo hagas con todo y disfruta de lo que te viene y de lo que venga; sin importar si en algún momento vendrán momentos malos... creo que para llorar siempre habrá tiempo pero si eso que sea mejor después de haber vivido un poco más.

Deja de tener miedo a qué será de ti porque tú eres quién lo acaba decidiendo, no tengas miedo a encontrarte en medio de una decisión que puede cambiarte la vida; si tiene que salir bien, saldrá bien, sin importar nada más. Y si te hace feliz, has elegido bien por mucho que dejes otra decisión por el camino, por mucho que pierdas otra opción; la vida está llena de opciones. No tengas miedo a no ser capaz de continuar; porque incluso quién menos creía poder, pudo. Y pudo porque nunca se rindió. No tengas miedo a fracasar, porque todos en la vida -al menos una vez- hemos fracasado pero lo hemos intentado; y es que la vida está llena de fracasos que nos hacen ser quién somos pero no dejes que éstos te impidan volver a intentarlo. No dejes que ese miedo, ni ningún otro pueda contigo. No tengas miedo a que todo salga mal; no... sé que mucha gente y me incluyo pensamos así pero es que no entiendo esa tontería de que cuando todo nos va bien siempre pensamos "es cuestión de tiempo que todo cambie" o "es raro en mi el estar tan feliz", ¿por qué no dejamos esos miedos y esos pensamientos a un lado? ¿por qué no lo intentamos? Y en vez de pensar esas mierdas de que es cuestión de tiempo que eso acabe, ¿por qué no disfrutamos como niños de lo bueno que nos viene? Yo quiero hacerlo, de hecho voy a hacerlo. Nos empeñamos en ser negativos o simplemente es que nos sale solo pero perdemos el tiempo en ello cuando podríamos hacer cosas tan bonitas, cómo vivir.

Acabemos con ese miedo que tenemos a los cambios; porque sí, sabemos que muchas de las veces que algo cambia, ya nada vuelve pero crecemos, maduramos, vivimos, nos caemos y eso quieras o no, nos va a cambiar y no es malo, no lo es. Hubo un día que alguien dijo que para crecer a veces hay que saber romper con la gente, romper con el pasado e incluso con uno mismo; romper con todo eso porque cuando eso pasa nos dan la oportunidad de conocer a gente nueva, de mejorarte a ti mismo todo aquello que por dentro no te gusta, te da la oportunidad de nuevos principios por mucho que acabes de cerrar un final doloroso. Que no os dé miedo romper, de hecho se rompe a diario, rompemos a diario y aquí seguimos, a pie de cañón dispuestos a que en un futuro tengamos que volver a romper con más gente que ahora quieres pero así es la vida, se basa en riesgos que hay que saber tomar, que valgan la pena tomar y que mientras los vives, te hagan feliz.

No tengas miedo a sentirte perdido y no me digas que nunca lo has sentido pero está en tus manos el volver a encontrarte, el ser tú y el darte cuenta de que no vale una mierda sentirse así, que lo único que haces es perder tiempo que podrías dedicar con toda aquella gente que te ayuda día a día a ser un poquito más feliz. No digo que no puedas sentirte así; de hecho sé que algún día te sentirás así pero no dejes que eso acabe contigo; llora sí quieres, grita, pega, pelea pero nunca, escúchame, nunca dejes de perderte del todo... no sé, es bonito descubrirse y encontrarse poco a poco, inténtalo.

No tengas miedo a no encajar o a fallar. Siempre habrá gente que no será para ti pero eso no quiere decir que no puedas formar parte de alguien, formar parte de algo. Quien te quiere lo hará siendo tú y no fingiendo ser otra persona; conocerás a gente que no te entenderá o que te fallará o incluso que quizá te decepcione pero, ¿y qué? Así es como al fin y al cabo acabamos aprendiendo y déjame decirte que tendrás que tropezarte con mucha gente con la que no encajarás pero que llegará el momento en que encontrarás a esas personas que hace mucho que buscabas. Y te recuerdo que lo que vale la pena nunca es fácil; así que tropieza con gente con la que vas a tener que romper y dejar atrás hasta llegar a aquella que sepa entenderte y se quede contigo.

Y, escúchame, no tengas miedo a equivocarte, habrá millones de errores en tu vida -o quizás no tantos para ti- pero en eso se basa; eso querrá decir que no dejas de intentarlo, que no dejas de luchar por ello; querrá decir que habrás dejado el miedo a un lado -ese que muchas veces no sirve de nada- y te habrás dejado la piel en ello; aunque te equivoques, porque... ¿quieres saber un secreto? Si te equivocas es porque estás haciendo algo grande, ¿sabes el qué?

Vivir.

-Ann.

dimecres, 25 de novembre del 2015

Sé feliz y deja que la gente se pregunte el por qué y no el por quién.

Nos empeñamos en creer que la felicidad está al lado de alguien y yo la primera, aunque no lo parezca. Me he pasado meses creyendo y sintiendo de verdad que tener en mi vida a alguien especial, solo por ese hecho, el tenerle; me hacía la persona más feliz del mundo; porque sí, porque pasan los días y los recuerdos crecen y eso quieras o no; si son buenos, te hace sonreír, te hace sentir casi feliz. Y digo casi porque soy una de esas personas que no cree que la felicidad se consiga con tanta facilidad. Pero sí, he sido e incluso a veces, cuando me vengo abajo; sigo siendo de esas que siente que una vez que esa persona que quiero se ha ido; mi felicidad se ha ido con ella y... no quiero pensar así, de hecho me obligo a no pensar así porque si dejo que mi vida dependa de alguien solo por el hecho de sentir que esa persona me ha reconstruido, una vez que se vaya volveré a estar hecha una mierda y no quiero eso para mi.

No quiero sentirme que cuando me falta alguien, me falto yo por eso digo que la felicidad no está al lado de alguien; puedes compartirla con gente a la que quieres pero no te la da nadie, te la debes de dar tú porque si dejas que todo esto dependa de una persona estarás jodido porque en la vida vienes solo y, al fin y al cabo, te irás solo por mucho que la compartas con alguien por eso quiero que entendáis que no debéis depender de otra persona salvo de ti. Y estoy aquí para que vosotros no cometáis ese error de creer que el mundo se acaba solo porque alguien te ha dejado, solo porque alguien no ha sabido ver en ti algo como para quedarse, solo porque ese amigo se ha ido así sin más... no quiero que sientas que cada vez que te deja alguien, eres menos feliz. Y te lo digo porque no quiero que vivas con el miedo de que la gente te deje o te olvide, no quiero eso porque en su día yo ya lo viví, y te lo digo porque es lo que me ha enseñado la vida, el tiempo y los palos que he llegado a llevarme.

A ver... sé que no puedo evitar por vosotros el que tropecéis constantemente con piedras que sentís que queréis pero creo que cada uno deberíamos de ser conscientes y ser capaces de decir "basta" cuando alguien nos hace daño por mucho que en ese momento sintáis que no podréis seguir sin esa persona porque a veces decís "no puedo" y es un "no quiero". Y no queréis porque tenéis miedo de lo que vendrá después y preferís quedaros ahí aún sintiendo que una persona os duele, os quedáis como si nada sin saber que ahí fuera puede haber una persona que realmente sea para ti en todos los sentidos pero como habéis dejado que vuestra razón de despertar sea una persona, no puedes dejarla ir. Y lo entiendo; yo lo he vivido pero de la misma forma que sentía que mis razones para continuar las tenía una sola persona, también te digo que después de esa persona también hay algo... ¿quieres saber el qué?

Hay vida, Hay vida... al principio es jodido pero aunque no lo creas con el paso del tiempo ya casi ni duele; y aunque al principio yo también era así, era un constante "¿cómo quieres que le deje si me ha hecho sentirme feliz? ¿si me ha hecho sentirme como nunca me he sentido?" Tenía ese miedo de no ser capaz, ¿sabes? Y entonces entendí que quería sentirme así de especial de nuevo pero no porque alguien me lo dijese o me lo demostrase sino porque yo me sentía especial por mi misma, por lo que soy, por lo que he sido capaz y por lo que sé que podré hacer. Admito que al principio te acojona el dejar ir a alguien que realmente sientes que lo es todo pero una vez que lo haces y aprendes a que hay vida después de esa persona, no todo es tan jodido. Yo he vuelto a sonreír, a disfrutar, he vuelto a reírme hasta dolerme el estómago y hasta llorar. Y... con esto quiero decir que no solo... no sé, es mi forma de decir que hay vida después de cualquier persona, que el mundo no se acaba porque te hayan roto el corazón y que no solo hay un tren en esa estación; hay miles aunque al principio cuando todavía duele solo esperas a uno y por tonta o por gilipollas, no eres capaz de ver a los demás. Solo por miedo a sentir que cualquier otra persona no será suficiente para hacerte feliz. Pero sí las hay, hay más personas con las que compartir la felicidad y toda una vida y digo compartirla porque tenerla y descubrirla, de eso tienes que encargarte tú, ni otra persona ni nada. Eso depende solo de ti o al menos así debería ser. Que te sientas feliz porque tú has hecho sentirte así y no porque una persona te dice que te quiere y que nunca se irá porque probablemente si lo haga, todas tarde o temprano, se distancian o se marchan. Todas menos tú y eso a veces se nos olvida. Se nos olvida que nuestra vida es solo nuestra.

Así que si te preguntan que por qué eres feliz, contesta que por ti y no por ese gilipollas que ahora te ha roto el corazón o por esa chica idiota que no supo valorarte cuando te tuvo, solo por ti. Solo para ti.

Sé feliz y deja que la gente se pregunte el por qué y no el por quién.


-Ann.

divendres, 13 de novembre del 2015

Cree en ti y no en la gente.


nunca dejes que alguien te diga que no puedes hacer algo; ¿acaso ellos tienen alguna idea de quién eres o hasta donde eres capaz de llegar? Mira, la mayoría de la gente que me rodea siempre me repite que no llegaré a nada o que no sé hacer nada; siempre e incluso hay veces que no sé por qué, me da por creerles. Supongo que por tonta y porque hay veces que cuando estás abajo siempre hay gente dispuesta a hundirte un poco más, porque sí, porque les apetece y porque les viene bien. Y en su día eso me dolía un montón; creía que si la gente decía que yo no valía nada o que no llegaría nada era porque quizás tenían razón pero con el paso del tiempo me di cuenta que si lo decían era porque no me conocían, porque no sabían quien era yo y de lo que era capaz y de lo que soy capaz de hacer por todo aquello que realmente me hace feliz, por aquello que para mi es importante.

Nunca me doy por vencida, por muy jodida que esté o por muchas malas rachas que vengan. Siempre acabo alzando la vista aún estando al borde del precipicio y me digo "ahora no, no es momento de caer" y sigo pisando fuerte sin importarme cuando llegará esa caída, no me importa, no me preocupa saber que caeré porque sé que por muchas cosas malas que me dé la vida, ella no podrá conmigo si sigo con estas ganas de todo. Porque es así; me da igual tener días malos si luego al final acabo luchando para tener de buenos y... eso hago; no me importa que a veces el miedo me venza ni que me acojone el hacer cosas nuevas porque si no intentas algo nunca llegarás allí donde tú quieres. Creo que es muy fácil sentarse, decir que quieres algo y ni intentarlo; entonces déjame decirte que entonces quizás si que hay gente que tiene razón; no llegarás ahí donde quieres si no luchas por ello.

¿Sabéis? Yo siempre he sido muy soñadora pero no de "quiero esto" o "quiero lo otro" normalmente soñadora de sueños imposibles que me hacen feliz junto a personas y aunque a veces me digo a mi misma que estoy loca, me gusta ese tipo de locuras de soñar cosas imposibles y de intentar cumplirlas porque lo mejor de ello es que hasta ahora ya he cumplido muchas. Soy ese tipo de persona que no para hasta conseguirlo, que tiene metas, que tiene sueños que por muy difíciles que sean, no se rinde. No se detiene porque siento que no me vale la pena rendirme si lo que quiero sé que me va a hacer feliz. Y no, no soy ese tipo de gente que cuando consigue algo, le quita el valor que hasta ahora tenía, no necesito perder algo o conseguir algo; para dejar de valorarlo. Y todo esto lo he aprendido con el tiempo; lo he aprendido escuchando a gente diciendo que no lo conseguiría porque llega el punto de que tienes que hacer oídos sordos y cometer esas locuras que para ti te mantienen cuerda así que no dejes que la gente piense o diga de ti cosas que ni saben porque al fin al cabo la gente solo conoce lo que tú dejas conocer.

Así que solo voy a pedirte una cosa; pase lo que pase; tengas momentos buenos o momentos malos, nunca dejes de luchar por algo, nunca dejes de creer en que puedes llegar ahí donde tú quieres. Y que te de igual lo que la gente diga porque ésta siempre hablará pero ¿sabes qué? Lo que importa es lo que pienses tú, lo que creas tú y si eso por lo que luchas te hace feliz, no te detengas  hasta conseguirlo. Y sobre todo que no te de miedo el fracaso o el creer que te equivocas porque estar un poco loco cuando se trata de soñar a veces es los que nos da la felicidad.

-Ann

dimarts, 10 de novembre del 2015

Ni eres ni volverás a ser.

¿recuerdas lo que fuimos juntos? ¿recuerdas lo mucho que nos necesitábamos y lo felices que éramos? ¿recuerdas la primera vez que me dijiste que me querías? Creo que nunca en la vida me había sentido tan nerviosa aún sabiendo de sobras que solo podía decir una cosa ante eso; yo también. Recuerdo lo nerviosa que me puse al oírtelo decir por primera vez, porque muy en el fondo lo sabía pero a veces las personas necesitamos oírlo, necesitamos que nos lo demuestren por miedo a que llegue el día en el que ya no lo sientas.

Era mi jodida canción favorita el oírte decir que me querías, si pudiera a estas alturas me la seguiría poniendo en modo repetición para no olvidarla pero la putada es que ya no estás aquí para cantármela. Han pasado los meses y... joder, hay heridas que todavía duelen. Y duelen porque no tengo el valor de dejar de escribirte; siempre me repito "deja esta mierda ya" o "no escribas nunca más porque sabes lo que luego vendrá" pero es mi forma de dejar escrito en algún momento de mi vida lo mucho que me llegaste a hacer sentir. Y mira que ya te he escrito, joder, pero cada día tengo muchas más cosas que decirte; como por ejemplo; qué coño has hecho para irte y dejarme aquí con los recuerdos, cómo por qué te fuiste así sin más solo por miedo cuando ahora nada te acojona, por qué ni siquiera pudiste intentarlo cuando ahora luchas por todo aquello que se te pone delante, por qué cojones pudiste irte como si realmente no te doliera ni una mínima parte de lo que a mi me sigue doliendo. ¿Por qué?

Supongo que hay preguntas sin respuesta aunque muy en el fondo me gustaría tenerlas.

¿Recuerdas la de veces que siempre volvías a mi? Porque siempre encontrabas la forma de irte y buscabas alguna excusa barata para poder volver y que yo te dejara pero lo que no sabes es que no necesitabas ninguna; me mirabas y todo cobraba sentido, ¿cómo iba a dejarte fuera de mi vida si siempre volvías? Así de enamoraba estaba, ¿es que no lo veías? Y lo que me fastidia aún más es el ver y el saber que has seguido adelante sin mi cuando hace meses prometías que nunca nada iba a ser igual en tu vida si yo no estaba en ella. Y yo me lo creía, ¿cómo no iba a hacerlo? Lo decías tú.

Recuerdo, también, que una vez alguien me dijo que si me enamoraba de alguien que escribía, nunca moriría; lo que no me dijo es qué era lo que pasaba cuando esa persona que te escribió, empezaba a escribir a otra. Eso te destroza por dentro, acaba contigo y arrasa todo a su paso sin importar cómo acabes. Pero supongo que en parte tenía razón; porque yo escribo o mejor dicho, le escribo y sé que una parte de mi siempre lo hará y eso hará que nunca muera porque no estoy preparada para dejarle morir y eso, eso sí que es una putada. El sentir que no puedes dejar ir algo que te hace daño porque tú, así de tonta, albergas esa esperanza de que las cosas vuelvan a ser lo que eran. Pero ni fuimos, ni seremos y no sé lo que me duele más; si ser de aquellas que esperan algo que no llega o de las que finge seguir cuando ni siquiera tienen ganas, que fingen que todo está bien y que tarde o temprano llegará alguien que te quiera. Y una mierda.

Y una mierda.

Porque en esos momentos lo único que quieres es que vuelva quién no vuelve pero mientras te engañas diciendo que todo pasará, que las cosas mejorarán y que tú serás la misma que eras antes de conocerle pero han pasado tantos meses que ya ni te recuerdas. Que ya no sabes ni cómo era tu vida antes de esa persona y una parte de ti no quiere ni volver a ella porque sabe que cuando realmente eras tú era con él. Y ya no está, ni fuisteis, ni sois, ni eres, ni volverás a ser. Y eso, eso sí que es una verdadera putada.

-Ann.

dimarts, 15 de setembre del 2015

Echarte te menos y escribir para tenerte.

Palabras que nunca te dije y que un día escribí:

"Conocí, en ésta vida o quizás en otra, al aprendiz de Neruda. Nunca podré llegar ni a escribir la mitad de bien que él llegaba a hacerlo, ni aunque lo intente. Escribía de tal manera que te enganchabas a ello, de la misma forma que un adicto se engancha a la coca y no puede dejarla. Yo tampoco podía. Él, podía contarte mil historias en versos que describían todas y cada una de las espinas que se te clavan cuando te enamoras y ese amor, te abandona. Podía hablarte de sueños e insomnes que lo eran por musas con las que un día soñaron y que al final simplemente se esfumaron. Y yo hoy le intento llegar a la suela de los zapatos y le escribo pero no a él, hoy, a la luna, para decirle que le susurre que vuelva, que le diga que no sea uno de aquellos que ya no lucha por miedo. Le escribo a ella y quizás a ti con la esperanza de que lo leas y te des cuenta de que no hay nada más bonito que un amor cuando florece y vive y no aquel desamor del que tanto escribimos. Y qué bonito florecer parecía tener el nuestro pero, no, no florecía, esa flor que simbolizaba nuestro amor acabó marchita por no saber cuidarla y te admito- desde aquí- que es una pena y, una vez alguien me dijo que cuando yo sonreía se me formaban unos hoyuelos preciosos que hacían florecer todas y cada una de las flores de nuestra amada Primavera y desde que te has ido ha desaparecido, he dejado mi sonrisa por el camino y he dejado, también, la Primavera incompleta por falta de sonrisas y eso, eso sí que es una verdadera pena. Y, ¿sabes qué? desde que Neruda dejó de escribirme parece que las heridas que tenía antes de engancharme a él y a leerle, vuelven a abrirse como si quisieran recordarme lo sola que me he quedado y la falta que me hacía -y hace- un buen escritor como lo era él. Y yo, como una loca como a veces me llamabas, te escribo como si fueses alcohol puro para mis heridas y me curaras todas y cada una de ellas con las palabras que un día me dijiste. Y aquí me tienes, a las tantas de la madrugada y no sé ni qué hago aquí, parece que solo hago que escribirte un pedacito de mi o de ti y, ya no sé si la musa que un día fui sigue inspirándote a escribir o si en cambio ahora te quita las ganas de vivir como a veces me las quita a mi.

Y te diré, con total sinceridad, que hoy he vuelto a leerte- después de mucho tiempo- mientras Ludovico sonaba de fondo. Nuestro amado y preciado Ludovico. No he podido evitar leer aquellas palabras que un día me dedicaste, recuerdo que dijiste que yo era de esas chicas que todos miran, admiran e idolatran, pero que muy pocos entienden. De la que escribe mucho del pasado para hacer ver que lo ha superado. De las que rompen poco, excepto a ella misma. De las que sienten rápido y olvidan lento. Y no te equivocabas, te recordaba a una leona pero incluso ella tiene sus momentos de debilidad y pierde la fuerza y yo hace mucho que ya la perdí. Te perdí y la perdí. Y ya no sé cómo seguir, eras como una de esas adicciones que aunque quieras, no las superas. Y te juro por encima de todo que lo he intentado pero, ya ves, aquí me tienes, escribiéndote de nuevo como si algún día lo hubiese dejado de hacer. El tiempo pasa, llega Febrero y tengo miedo de que sigan pasando los días y tú no estés en ellos. Llegará Mayo y parece que lloveré con él. Cuántas lágrimas soltaremos, agua de mayo, o no, también agua de mi. De mi sin ti. Parece que todo se vuelve gris y lo odio en todos sus matices porque tú me dabas color en todos los sentidos. No sé qué más decirte porque quizás para ti todo esto no tiene ni sentido, ni siquiera sé lo que estoy haciendo, parece que te quiero de vuelta porque no es tan fácil dejar ir a la única y última estrella de esta galaxia encontrada que encontré en ti mientras observaba a nuestra amada Luna en esas noches que nos teníamos. No puedo dejar a esa estrella, no tan fácilmente, no puedo y menos cuando fue la primera que tuve entre mis manos y me hizo tan feliz. Tonterías mías supongo; no creo que ni haga falta que te diga quién soy porque ya lo sabrás; conoces bien a la que fue tu musa aunque ya dejó de serlo y no sé a qué he venido; solo sé que he cogido un bolígrafo y un papel y he empezado a escribir y, aunque no lo entiendas, toda esta mierda que te he escrito viene siendo lo mismo que un 'vuelve' porque eso es lo que realmente necesito."

-Ann.

Así soy yo.

Mucha gente a veces de la nada me ha dicho "cuéntame cosas sobre ti" y todavía se me queda la misma cara de tonta al no saber por dónde empezar ni qué decir. 

¿Por donde empiezo? Soy una soñadora nata, que se imagina los planes más imposibles y que una parte de mi lucha por hacerlos realidad y a su misma vez, soy esa chica que a veces le apetece una buena tarde de sofá, manta y series y dejar lo de luchar por algo para mañana. Esa chica que cuando se le mete algo entre ceja y ceja no para hasta conseguirlo y tenerlo, esa misma que a veces el miedo la frena a vivir, a hacer lo que le apetece pero que otras veces piensa, ¿y por qué no arriesgarse? Si ya he perdido muchas cosas en ésta vida, ¿qué más puedo perder? Soy la persona más cabezona del mundo y aunque me digas que no, yo siempre te diré que sí por el simple placer que me da discutir con alguien y acabar riendo por mi estúpida tozudez. Me gusta lo imposible, lo improbable y por lo tanto, poco probable; siempre querré hacer aquello que la gente ni se atreve y lo haré aunque haya lo posibilidad de caer, caeré en ese precipicio con los ojos cerrados y con impulso si eso es lo que verdaderamente quiero y lo que realmente me hace feliz. Me gusta fijarme en los pequeños detalles; aquellos que ni la gente ve; como esa forma que tienes de apartarte el pelo de la cara o lo mucho que frunces el ceño cuando algo no te gusta; esos pequeños detalles que la gente no suele ver porque está demasiado preocupado en sí mismo. Me gusta demostrar, día tras día, lo mucho que quiero a la gente que quiero aunque también soy de esas que, si pasas por mi vida, siempre te recordaré aunque salgas de ella. 

Soy esa persona que siempre cae y aunque a veces pierda las fuerzas y se quede ahí tirada, siempre acabo levantándome aún sabiendo que a los pocos segundos de estar de pie, es cuestión de tiempo volver a estar abajo. Me gusta disfrutar de cada pequeño momento como si fuese el último y decirle a aquella gente que tengo conmigo, te quiero, todos los días de mi vida. Me gustan los abrazos, sin venir a cuento, aquel tipo de abrazos que parece que te curan y que te dan un poco de vida. 

Soy esa clase de persona que se muerde las uñas nerviosa o que no deja de tocarse el pelo pero que luego parece la más tranquila de todas, esa chica vergonzosa que le cuesta hasta pedirte la hora pero que al fin y al cabo echa un par de huevos si no le queda más remedio. Esa que lucha contra cualquier adversidad y que no se rinde fácilmente, la que a veces llora cuando ve que las cosas no salen bien o que no tiene lo que necesita pero la misma que luego sonríe a pesar de todo lo malo que puede venirle. Aquella chica que mira siempre por todos menos por sí misma porque cree que la felicidad o la sonrisa de una persona, le basta para sentirse un poco mejor. Soy esa clase de persona que tiene muchos miedos, muchas inseguridades y muchos complejos que finge no tenerlos y parece que se le da de puta madre pero lo hace porque cree que, al fin y al cabo, de tanto fingir se lo acabará creyendo y se acabará queriendo.

Ese tipo de chica que no se quiere pero que lo intenta, siempre lo intenta porque cree que la vida se basa en eso; en intentar, seguir intentándolo aunque salga mal, caer, llorar y todo lo que te dé la gana pero intentarlo hasta conseguirlo.

Soy quién dice que no va a ilusionarse nunca más y al segundo siguiente ya lo está haciendo y esa sonrisa de tonta lo demuestra porque a pesar de las hostias que me de la vida, siempre querré intentarlo una vez más para ver si ésa será distinta porque sí, joder, ¿quién me dice que no va a salir bien? Y a pesar de ser una negativa de mierda o quizás realista, no sé, me gusta creer que todo aquello en lo que creo y sueño, puedo tenerlo si lucho por ello. Así que a pesar de todas las inseguridades y de todas las cosas malas que tengo, nunca me rindo porque no quiero que pase el tiempo y darme cuenta de que lo que he vivido, no era lo que quería, lo que sentía o lo que necesitaba.

Quiero cambiar, quiero crecer y quiero seguir siendo yo; esa chica con sus pequeñas manías que la hacen un poco especial aunque a veces no sea capaz de verlo. 

-Ann.

divendres, 11 de setembre del 2015

No quiero perderme aún sabiendo que ya lo estoy.

¿Recuerdas lo fuerte que era cuando se trataba de nosotros? ¿Recuerdas que a pesar de ser una insegura de mierda sacaba las ganas de luchar de donde no las había? Pues cariño, creo que esa fuerza se fue contigo el mismo día que decidiste irte porque sino no encuentro otra explicación. 

Verás... nada va bien, ¿sabes? Supongo que como a todos, un día malo lo puede tener cualquiera pero, ¿tantos? Y no es que me guste sentirme así pero no sé cómo salir de ésta mierda. Cariño nada va bien aquí. Nada. Me levanto y no hay día en el que no me sienta sola; sigo con mi vida, salgo, disfruto, me río, me... todo. Pero he llegado al punto en el que me he dado cuenta de que no dejo de fingir, que realmente no me siento con ganas de reír y aún así lo hago pero, no sé si soy yo, mucha gente me ha dicho que cuando sonrío mis ojos ya no lo hacen y, joder, lo sé. Sé que no lo hacen porque no dejo que lo hagan, porque ahora mismo no me siento feliz. Y eso hace que recuerde algo, alguien -algún día- dijo que los ojos son el espejo del alma y creo -sin duda alguna- que si me miras verás lo rota que me siento (o que estoy). 

Y no es que sienta que el mundo se me viene encima sino que el mundo ya ha caído y ha destrozado todo a su paso. Y te cuento esto porque ya no puedo más; no dejan de haber problemas en casa -como en todas supongo-, no dejo de perder a gente que para mi es importante pero ya veo que yo para ellos no, la gente se distancia y aún no entiendo el por qué, me dejan así sin más o ni siquiera luchan por mantenerme con ellos, siento que soy invisible a los ojos de todo el mundo cuando luego soy la primera en estar ahí para todos (aunque digan que están bien o que no pasa nada), siempre estoy ahí. Siento que todo lo que quería hacer a lo largo de mi vida me está saliendo mal o que quizás nunca llegará a pasar. Y es que cuando viene algo bueno en mi vida ni lo disfruto porque no paro de preguntarme hasta cuando me durará, sé que poco. Y sí, me siento sola aún sabiendo que no lo estoy y creo que eso es lo peor de todo; tener a gente y aún así sentir que no tienes a nadie, sentir esas ganas irrefrenables de llorar a todas horas y no querer salir de la cama, ¿para qué? ¿acaso me espera algo bueno? Eso me pregunto todos los días. 

Y he llegado hasta el punto de no poder más, de no querer sonreír porque no me apetece, de sentir que me falta algo o alguien, quizás yo o quizás tú, no lo sé pero si te digo la verdad creo que dentro de todo lo malo que estoy viviendo, el no tenerte es el menor de mis problemas. Porque, cariño, el tiempo pasa y sé que no voy a tenerte, que quizás las cosas no mejorarán o puede que sí, no sé pero sé que no voy a tenerte y lo que de verdad me acojona es que pase el tiempo y no saber si me tendré a mi, si quedará algo de mi o si seguirá esto igual de roto que lo está ahora pero sé que si volvieras y me miraras, no reconocerías a quien dejaste aquí; de hecho ni yo lo hago... sinceramente no sé ni lo que quiero, ni lo que soy ni lo que busco; solo espero llegar a encontrarme y no perderme de la misma forma que te perdí a ti, que pierdo a todos (incluso a mi). 

-Ann.

diumenge, 28 de juny del 2015

El olvido.


El olvido me ha dicho que no es nuestro momento, que me espere y que deje de buscarle porque en lo que refiere a ti, nunca voy a encontrarle. Parece que no quiere que te olvide, menudo hijo de puta, yo aquí deseando deshacerme de ti, aunque me duela, y él se burla de lo nuestro queriéndome hacer sufrir y hacerme recordar todas y cada una de las cosas que llegamos a vivir. Y no quiero, joder. No quiero que cada cosa que hago pueda recordarme a ti. No quiero que de la nada aparezca el olor de tu perfume o que alguien se ría casi de la misma forma que tú lo hacías. Y digo casi porque nadie sabe imitarte del todo, ni aunque lo intentaran. No quiero que ninguna canción me hable de ti, ni de mi ni nada de lo que vivimos. No quiero que unas sábanas me hagan añorar la cantidad de veces que llegamos a perdernos en ellas, tantas que hasta perdí la cuenta. No quiero que mis amigos me pregunten que cómo lo llevo o si he vuelto a saber de ti. No quiero ver ninguna de nuestras fotos ni tampoco tu cepillo de dientes en el lavabo. No quiero ver ninguna de tus cervezas en mi nevera ni tu letra en uno de los post-it que dejas en la encimera diciéndome cualquier chorrada bonita. No quiero ver tu calcetines dando vueltas por el suelo de mi habitación ni que te dejes tus llaves perdidas por algún rincón de mi casa para luego no volver a tu casa porque no las encuentras. No quiero encender la radio y encontrar tu emisora favorita cómo tampoco quiero que me llames para hacerme feliz un par de segundos y sentirme vacía cuando acabas de colgar.

No quiero nada de eso y sí, puede que hace unos meses me muriera de ganas de eso y más pero ahora no, no quiero pasarme la vida lamentándome por haberte perdido ni dedicar cada segundo a recordarte hasta que vuelvas porque sé sin duda alguna que una vez que alguien se va, ya le quedan pocos motivos para volver. Y sé que no te di suficientes motivos para quedarte aunque pensara que el quererte ya era suficiente. Así que por eso llamo constantemente al olvido para que me ayude a olvidarte pero ya ves, parece que quiere reírse de mi, cómo si ya no me hubieses dolido lo suficiente. Así que mientras él se niega a venir a mi y se niega a que te olvide, yo finjo olvidarte, finjo que no me dueles y finjo que se me ha olvidado lo que era quererte a ver si así llega el día en el que paso de fingir y ya empiezo a vivir, sin ti.

-Ann.

dimarts, 14 d’abril del 2015

Era mi música favorita aún sin ser canción.

Hace un frío de la hostia pero ya sabes que nunca se me ha dado bien encender la maldita chimenea, que por muchos troncos que le ponga la llama no se aviva de la misma forma que por mucho que te llore, no volverás. ¿Por dónde iba? Ah sí, que hace frío, me he tumbado en el sofá y me he tapado hasta arriba como siempre hacía pero me ha faltado tu abrazo para acabar de entrar en calor, es una lástima. E inevitablemente se me va la vista al reloj que colgaste en la pared y, ¿sabes qué? No he sido capaz de quitar la foto nuestra que pusiste justo al lado de el pero, ¿sabes qué es lo peor de todo? Que hace unas semanas quité la pila a ese reloj y dejé que marcara cinco minutos antes de las ocho, esos cinco minutos que me separaban de tu vuelta a casa después del trabajo. Lo miro y sé que hace una semanas en cinco minutos sonaría el timbre y serías tú, aún teniendo llaves esa era tu forma de decir "cariño, ya estoy en casa· y aunque fingía enfadarme porque interrumpías aquello que hacía, no podía evitar sonreír al verte. Llegabas y siempre me encontrabas preparándote la cena; venías, me abrazabas por detrás y siempre me dejabas un beso en mi hombro derecho, aún recuerdo las miles de veces que te decía "mi hombro izquierdo también te echa de menos", te reías y lo devorabas a besos haciendo imposible que me concentrara en algo salvo en ti. Apoyaba mis manos en las tuyas saboreando ese instante, disfrutando de mi lugar favorito. Te metías conmigo, me hacías reír para que se me pasara el enfado y te separabas de mi prometiendo a escasos centímetros de mi oído que te ibas pero que no me daría tiempo a echarte de menos. Aún recuerdo que volvías minutos después con tu supuesto pijama, y a pesar del frío ibas sin camiseta para hacerte el fuerte y esa era tu mejor excusa para que yo te abrazara. Me encantaba hasta tu forma tan peculiar de poner la mesa y sobre todo las miles de veces que mientras yo hacía la cena buscabas cualquier pretexto para acariciarme lo más mínimo sin saber la de miles de sonrisas fugaces que provocabas con ello. Si estuvieses aquí pondrías una de tus tantas excusas para no recoger la mesa pero sin duda alguna mi favorita siempre era: "acabo de llegar a casa después de un duro día y lo único que me apetece es tumbarme en el sofá con mi chica, ¿puedo?" Me mirarías con esa cara de no haber roto ni un puto plato en toda tu vida cuando a corazones no te ganaba nadie y lo peor de todo es que me convencías. 

Y así era cada noche, nos tumbábamos en el sofá después de haber hecho tu numerito con la chimenea mientras yo aprovechaba para observar cada mínimo detalle de ti temiendo que algún día solo fueras ceniza, solo fueras lo que queda de ti después de irte. Me abrazaba a ti y fingíamos ver la espantosa película que echaban en la televisión y recuerdo la de miles de finales felices que habíamos cambiado, ¿lo recuerdas tú? Me encantaba verte tan feliz y sé que tú lo dabas todo por hacerme reír. Recuerdo que una vez odiaste tanto un final porque decías que esas cosas solo pasaban en las películas, decías que tarde o temprano todo se acaba. Recuerdo que mataste a media familia y decías que no podía haber otro final alternativo mejor, recuerdo reír hasta llorar y haberte besado hasta cansarme y, muy en el fondo sé que eso es lo que habría pasado si siguieras aquí. Sé que no éramos partidarios de los finales felices y puede que esto no te lo haya dicho nunca pero si tenía que haber un final feliz deseaba que fuese contigo. 

Si estuvieras aquí -ojalá- te quedarías dormido conmigo en brazos y te despertaría con miles de besos para llevarte a la cama de la forma más dulce y, a veces, simplemente nos tirábamos la noche abrazados sin necesitar nada más, solo teniéndonos. Otras, por muy cansados que estuviésemos, me besabas hasta perdernos sin ni siquiera yo saber si a la mañana siguiente volvería a encontrarme de lo mucho que me perdí en ti durante las pasadas horas. Y al despertar lo harías con cuidado para no despertarme pero aún así nunca dejabas de susurrarme lo mucho que me querías antes de irte creyendo que dormía pero nunca lo hacía. El mejor momento del día era cuando me decías que me querías, era mi música favorita aún sin ser canción. 

Recuerdo, como verás, millones de cosas que por suerte o por desgracia- aún no lo sé- ya no tengo y me paso las noches mirando a ese maldito reloj que siempre me promete que en cinco minutos vendrás pero es mirar por la ventana y saber que ya son las tantas de la madrugada, saber que no vendrás a cambiar este final, que tendré que cambiarlo solo yo pero no sé ni quiero saber hacerlo. Así que aquí me tienes, con este maldito frío sin que haya nadie que me haga entrar en calor, sin que nadie me susurre lo mucho que me quiere y no es que necesite a alguien, te necesito a ti. A ti y a tus pequeñas manías que en otra persona habría odiado pero incluso tu forma de gritarme cuando nos enfadábamos me hacía feliz. Porque si me gritabas era porque al menos estabas aquí. Y lo mejor de todo era que aún habiendo soltado que nos odiábamos por culpa de nuestro enfado, llegaba la noche y me demostrabas todo lo contrario, me demostrabas a besos lo mucho que me querías y en segundos yo ya sabes que me perdía. Y ahora sigo igual, me pierdo en la noche mirando el maldito reloj o lo que puedo ver por culpa de las lágrimas, lo miro deseando que pase el tiempo pero no pasa porque no tiene la pila puesta, parece que me separen cinco minutos de ti aún haciendo meses que ya te has ido pero es que una parte de mi se niega a dejarte y, por eso no dejo que el tiempo pase creyendo que a la mínima sonará el timbre porque serás tú que has vuelto pero ni pasa el tiempo, ni pasas tú.

-Ann.

dimecres, 18 de març del 2015

Mi madre me decía...


Mi madre cuando era pequeña me dijo una vez que una persona como yo si se enamoraba iba a hacerlo de por vida pero en ese momento no la entendí, de hecho ni me preocupé por entenderla. Creía que el amor era otra invención de la sociedad que te hace creer que necesitas a alguien, que te hace creer que realmente hay alguien para ti para toda la vida y nunca le hice caso pero luego crecí y le conocí a él. Sentía que era esa persona con la que tenía que estar, me sentía feliz y era la primera vez en toda mi vida que alguien lograba hacerme sentir especial, cómo que todo valía la pena y que si tenía que hacer algo quería que fuese con él. Creía quererle para toda mi vida, de hecho lo hacía pero simplemente...se acabó. Me llevé la hostia de mi vida y en ese momento le lloré lo que nunca había llorado y me prometí por encima de todo no caer en la trampa de nadie y no volver a enamorarme pero, no pude. Volví a caer, volví a sentir eso por alguien y sentía que todo lo malo que había tenido hasta ahora había valido la pena si me pasaba toda mi vida sintiéndome tan feliz como me sentía con él. Me sentía que incluso yo valía la pena y sentía que todos aquellos días grises que había tenido hasta ahora tenían un poco de color gracias a él. Le quise como nunca había querido a alguien, sentía que en el estómago tenía un zoo entero, ni mariposas ni nada, todo un zoo pero, simplemente me llevé la hostia de mi vida de nuevo, como si no doliese, ¿sabes? Y en ese momento volví a llorar como nunca pero ésta vez no pude prometerme no enamorarme porque sabía que tarde o temprano volvería a hacerlo, en ese momento no estaba preparada para ello, de hecho sigo sin estarlo. Ni ahora, ni lo estaré nunca. Porque sí, puede que mi madre tuviese razón, puede que una persona como yo cuando quiere lo hace de verdad pero lo que nunca me contó es que de la misma forma que quieres a alguien también tienes que olvidarle. Y que te rompen, que aunque des tu corazón te lo pueden devolver roto, y eso nunca me lo contó. Y siento que no sé como olvidar, siento que no sé como arreglar esto tan roto que queda aquí. No sé y ni me importa hacerlo, no sé porqué pero prefiero seguir aquí queriéndole a ver si vuelve. Y si no lo hace, supongo que... no lo sé, es que pf... no lo sé... si no vuelve me sentiré más perdida de lo que ya me siento y no se lo deseo a nadie. Estoy harta de que la gente me haga creer que el amor es una mierda porque sé que no es así pero es que no llega ni una puta persona que me hace ver lo bonito que es. Siento que no hago más que darlo todo de mí y me lo devuelven así; me dejan sin fuerzas, me tiran al suelo y me pisotean mil veces como si no me doliese y por eso me da tanto miedo querer porque siento que van a romperme un poco más y, siento que ya no queda nada más de mi para romper y por eso hago como si no tuviese corazón porque si no tienes no te lo pueden romper y, eso es lo que he aprendido. Que sí, que puede ser muy bonito pero no veas lo que duele cuando dejan de quererte cuando tú sabes que él es a lo único que quieres.

-Ann.

diumenge, 8 de març del 2015

Bienvenida a mi vida.


"La miré fijamente porque llevaba más de cinco minutos callada, parecía que en su mente no dejaba de romperse poco a poco, yo muy en el fondo sabía y sentía que ella no podía más, que su sonrisa ya no era la de antes. Aparté unos segundos la mirada intentando no llorar por todo el caos que tenía yo encima, sin importar como me sentía yo me preparé mentalmente para ayudarla.

-¿Qué te pasa?- le pregunté sin mirarla.

-No me pasa nada.

-No soy tan tonta como para no darme cuenta de que no estás bien -le dije.

La miré de reojo y vi como le brillaban los ojos. 'Otra vez no' pensé. 

-No puedo más.

-¿Qué es lo que te pasa ahora?

-Siento que no puedo más, que tengo muchos problemas en casa, millones de exámenes, me he peleado con mi mejor amigo y con el chico del que te hablé, ¿sabes? -la miré y asentí- La cosa se ha acabado y siento que todo se me viene encima -la escuché sollozar y le puse una de mis manos en sus hombros- Siento que he cambiado, que ya no soy lo que era antes y que tengo miedos que antes no tenía -sentía que me brillaban los ojos- Soy una persona muy insegura cuando antes sabía muy bien lo que quería, quién era y lo mucho que valía.

-Date tiempo -le dije- Todo al fin y al cabo se arregla -la miré fijamente- El problema es la actitud que tienes delante del problema; si crees que no puedes, no podrás. Es cuestión de tiempo que todo tarde o temprano se arregle, ya verás -le sonreí- Lo único que no puede arreglarse es la muerte y para eso aún te queda mucho.

Asintió, se secó las lágrimas y nos quedamos en silencio.

-¿Y tú? -dijo.

-¿Yo qué?

-Si estás bien -me miró con una pequeña sonrisa.

-Sí, como siempre -aparté la mirada para que no viese lo brillante que estaba y lo poco que me quedaba para llorar." 

Y eso es lo que realmente pasa, lo mismo de siempre. Les dices que tarde o temprano todo les irá bien y aún viéndote apunto de llorar se creen ese puñetero estoy bien. Y no sé qué será de mí, no sé si llegará el día en el que cambien los papeles y...

"-¿Y tú? -dijo.

-¿Yo qué?

-Si estás bien -me miró con una pequeña sonrisa.

-No -la miro fijamente sintiendo como solo salen las primeras lágrimas sabiendo que aún quedan muchas- Pero supongo que eso siempre da igual, ¿no? -intenté no cabrearme pero ya era demasiado tarde- Siempre es lo mismo, os digo que todo está bien cuando se nota de lejos que nada va bien pero parece que nunca os ha importado, estáis tan metidas en vuestros problemas que nunca en la vida os planteáis si en mis silencios hay algo más que una simple pausa para pensar en lo mío -me sequé las lágrimas que seguían cayendo- Nada va bien en mi vida y siento que os importa bien poco, a ver, sé que no tenéis que arreglar mis problemas pero por esa regla tampoco tendría porque ayudaros con los vuestros y aún así lo hago porque os quiero -la miré- Llevo meses con toda esta mierda y sintiendo que no puedo más; he perdido a gente sin que os deis cuenta, he aguantado mierdas que no tengo por qué aguantar a mi edad, he soportado que me rompieran el corazón y pasado por situaciones que no deseo a nadie, ni a mi peor enemigo y tú como si nada llorándome cada día diciendo que no puedes más -la vi totalmente seria- Y ¿sabes qué? Me río por no llorar, dime por favor cuanto tiempo llevas sintiéndote insegura y con miedo, dime, ¿un par de meses? Y ahora si te da la gana pregúntame a mí cuanto tiempo llevo y te sorprenderás cuando te diga que llevo tantos años que ya he perdido la cuenta de las veces que he llorado por odiarme y no saber quererme- aparté la mirada, no sabía ni a donde mirar- Así que si realmente te crees que estoy como siempre y que eso significa que estoy bien, adelante pero no esperes que me preocupe más por tus silencios, por tus malas caras y por tus ojos brillantes apunto de llorar si nunca en la vida has sido capaz de ver cuando yo estoy mal sabiendo que yo a la mínima me doy cuenta y siempre he estado ahí para ti- sentía que no podía más- No esperes que me quede cuando ni tú ni nadie se queda ahí para mí, ojalá llegaras a saber la cantidad de veces que te he abrazado habiendo necesitado yo mucho más ese abrazo, no quieras saberlo porque entonces sabrías lo que es sentirse mal- cerré un segundo los ojos- Y tampoco quiero eso de la misma forma que no te deseo en la vida, nunca- la miré- Que te sientas tan perdida y sola como yo me siento todos los días de mi vida así que si te sientes así en estos momentos, solo puedo decirte una cosa -vi como se le caía una lágrima- Bienvenida a mi vida."

Pero eso no es lo que verdaderamente dices, ¿para qué? Te mirarían, se quedarían sin habla y simplemente te dirían, sonríe y, no, no estoy para esas gilipolleces. Supongo que a la larga me sale más a cuenta decir que estoy bien y esperar a que aparezca alguien que verdaderamente me pregunte que qué tal estoy porque realmente le importa y no para quedar bien como siento que mucha gente de mi vida hace. No me sale a cuenta, así que si quieres saber si estoy bien, sí, como siempre.

-Ann.


dimecres, 4 de març del 2015

Te quiero, estés allí o aquí...


Hoy va por ti, sí, por ti. 

Por toda aquella gente que conoces por Internet y que te da más que cualquier persona que puede verte todos los días. Hoy va por aquellas personas que saben si las cosas van bien o van mal tan solo con la forma en la que le hablas. Hoy va por ti y quería agradecerte las miles de palabras que me has dicho para hacer que me sienta mejor, las veces que te has quedado para secarme las lágrimas y las veces que has hecho que sonría con cualquier tontería. Siento que de las pocas cosas que valen en mi día a día son cuando hablo con vosotras, con tan solo una nota de voz, una foto, una palabra sabéis como hacerme sonreír. 

Nunca se me han dado bien las palabras pero no sabéis lo mucho que llegaría a dar por teneros día tras día en mi vida, por poder abrazaros cada mañana y poder deciros cada noche 'nos vemos mañana', lo que daría por poder estar a vuestro lado cada vez que no podéis más y lo que me gustaría poder partirle la cara a toda aquella gente que no se da cuenta lo mucho que valéis. Y aunque no puedo hacer nada de eso agradezco de corazón las pocas veces que he podido abrazaros, esos días llenos de risas que nunca olvidaré, esas tardes con nuestras gilipolleces, todo eso quiero agradecéroslo porque no deja de ser nuestro. Los días al bajarme del tren y encontrar a personitas que valoran mucho más uno de mis abrazos que toda aquella gente que tengo conmigo, abrazaros como si se acabara el mundo y que nos importe una mierda si la gente nos mira de tanto abrazo o de tanto reírnos, ¿acaso creen que para el poco tiempo que tenemos vamos a desaprovecharlo? Ni en broma. Solo me sale disfrutar con vosotras y ser yo, poder decir lo que pienso y ser como soy yo, reír sin parar y sentirme feliz porque con vosotras siento que lo tengo todo y que no me falta absolutamente nada más.

Así que hoy va por vosotras, ¿llevamos cuánto? Quizás tres años o más con alguna de vosotras que os tengo en mi vida y siento que son los mejores porque os tengo a vosotras en ella y quería agradeceros el aguantarme siempre y el reíros conmigo como lo hacemos, el hacerme feliz y agradeceros todas y cada una de las cosas que me habéis dado. Tengo una suerte tremenda de teneros y estoy segura de que esto va para largo porque es algo que merece la pena. Me río de la gente que dice que la gente de Internet no puede ser tu amiga, no saben de lo que hablan si no os conocen a vosotras, este tipo de amistad es precioso y duro. Precioso porque nunca en la vida había tenido total confianza con alguien así de la misma forma que tengo con vosotras, el poder contar todo lo que me de la gana sin miedo a qué dirán, y sentirse bien con esa persona porque sabes que te entiende. Y duro por no tenerla siempre pero una amistad así es de ese tipo de amistades por la que vale la pena luchar y cuidarla día tras día y que aunque  no hablemos cada día, siempre estáis en mi, en cada pequeña cosa que hago. Y no me importa que la gente me diga que no durará porque yo sé que sí y aunque no lo hiciese sé que nunca en la vida olvidaría a esas personas tan increíbles que tengo conmigo y aún menos todo lo bueno que me han hecho vivir.

Solo espero una cosa, espero que de aquí poco haya otra cuenta atrás y que pueda deciros 'nos vemos mañana' pero de momento lo único que me queda es cuidaros y manteneros en mi vida porque si no lo hago, la que sale perdiendo al perderos soy yo y no quiero ser tan gilipollas. Nos pasamos media vida queriendo encontrar a gente que nos entienda y un vez que la encuentras, no sé los demás, pero yo las cuido, como si mi vida dependiera de ello. Y si alguna vez se van, que espero que no, solo quiero que sepan que nadie ocupará su lugar porque una vez un día alguien me dijo que los amigos son la familia que escogemos y yo hace mucho tiempo que escogí a la mía, te escogí a ti para estar en ella durante toda mi vida. 

Te quiero, sin importar donde estés tú y donde esté yo. 

-Ann.


dimarts, 3 de març del 2015

¿Eres feliz?


¿Que si soy feliz? ¿De verdad? No, no cómo me gustaría.

Siento que cada mañana que me despierto va a ser otro día de mierda y realmente es muy jodido pensar así pero siento que haga lo que haga va a estar mal si viene de mí, voy a hacer algo que va a estropearme el día, meteré la pata como siempre e irse a dormir pensando así ya es bastante duro, me encierro cada noche en mi habitación llorándole a alguien o al mundo...no sé bien bien a quién porque siento que no puedo más y hacerlo durante todas las noches de tu vida, pesa, pesa mucho. Llega el punto en el que sientes que no puedes más y a veces me gustaría poder darle pausa al mundo o pedirle un tiempo muerto a la vida pero a ésta ni siquiera le importa que yo ya no pueda más... bueno a ésta ni a nadie. Siento que soy yo la que siempre tiene que quedarse así, la que tiene que escuchar, la que tiene que secar lágrimas, abrazar pero, ¿y a mí? ¿a mi no me escucha nadie? No sé, creo que incluso la persona que más escucha necesita ser escuchada en ocasiones, que le digan que todo va a ir bien aunque no sea verdad pero eso nunca pasa. Y a la gente no le importa venir a mí y contarme sus mierdas e irse sin preguntarme siquiera que qué tal estoy, pero eso a la larga puede conmigo, siento que tengo que soportar mi vida y la de mucha otra gente cuando ni siquiera sé qué hacer con la mía y ya no puedo, siento que no tengo suficiente fuerza y me siento sola aunque la gente me diga que no. Es que, joder, que incluso la gente que me prometió quedarse ha sido la primera que se ha ido y eso puede conmigo, todo puede conmigo. No digo que mis problemas sean los peores del mundo pero no salgo de uno que ya estoy en otro, no me da tiempo respirar, no me da tiempo coger fuerzas para continuar. Siento que nunca va a haber una buena racha en mi vida y eso me hunde más de lo que ya estoy y, hostia, me gustaría poder salir, poder seguir y poder intentar ser feliz pero...ahora no. Así que si me preguntas si soy feliz, no, todas las mañanas tengo que ponerme frente al espejo y decidir qué sonrisa ponerme hoy pero siento que ya me estoy quedando sin.

Así que feliz no soy, ¿que si me gustaría? Sí. 

¿Lo seré algún día? No lo sé, me gustaría poder decir que sí pero, ¿eso acaso le importa a alguien? ¿Le importa a alguien que sea feliz o no? Creo que no, ni siquiera se dan cuenta de las muchas veces que he necesitado un abrazo, de las muchas veces que he sentido que no podía más. Yo tengo que darme cuenta de todos y nadie se da cuenta de mí y eso es muy jodido. Mucho. Así que no os asustéis si os digo que no puedo más, no voy a rendirme claro que no pero incluso la persona con más fuerza, se rompe y...

Lo siento, yo ya estoy rota.

-Ann.

dimarts, 17 de febrer del 2015

Cuando se trata de ti nunca me voy.


Vuelvo al sitio en el que te escribí la carta de despedida, ¿la recuerdas? Vuelvo aquí como si no me doliera estar en él. No sé exactamente lo que te quiero decir ni por donde empezar, solo sé que de tantas veces que he leído esa carta ya me la sé de memoria, sé que en ella te digo adiós, te pido que te quedes pero sobre todo que seas feliz si encuentras a alguien a quién querer. Sé que en ella te dije adiós pero sé de sobras que ese ni de coña era mi adiós definitivo porque cada vez que te escribo es como volver a ti, como volver a saludarte y volver a quedarme un rato contigo. Y sé sin duda alguna que nunca en la vida podré decirte adiós del todo, sé que si alguien me habla de ti aun sin ser tú del quien hablan, me acordaré de ti, sé que habrá miles de cosas en este mundo que me recordarán que te conocí, que me enamoré como una estúpida, que te quise como nunca más voy a querer a nadie, que me quedé con las ganas de poder abrazarte y besarte, que me quedé con las ganas de saber lo que era tener a mi persona favorita entre mis brazos pero sobre todo nunca voy a saber lo que significa poder escuchar un te quiero tan sincero como el tuyo a apenas dos milímetros de mis labios, me quedé con las ganas de despedirme con un beso y tal vez con un 'hasta pronto', no me gusta decir adiós porque decirlo implica tener que olvidar y aún habiéndotelo dicho mil veces ni siquiera ha habido una de ellas en la que intento ni siquiera un poco olvidarte. No sé por donde se empieza a hacerlo pero sí sé como acaba, acaba siguiendo mi vida sin ti y aún no me siento preparada para ello. Siento que una parte de mi aún se empeña en esperarte porque cree que a la mínima me vas a echar tanto de menos que vas a volver a buscarme como otras veces hiciste pero pasan los días, las semanas y ya han llegado a pasar meses y no hay rastro de ti. Miro a mi alrededor y no has vuelto, no escucho tu voz ni tampoco tu risa en ninguna parte y si la oigo es solo mi imaginación que sigue haciendo eco de tu risa desde la última vez que la oí y, joder, hace tanto de eso que siento que me hundo. Que no paro de ir hacia bajo cuando me gustaría estar arriba, no paro de hundirme y seguir hundiéndome porque no te encuentro en ninguna parte y sé que aunque fuera a buscarte ya no te acordarías ni siquiera de quién soy ni de lo que un día te hice sentir porque si realmente me hubieses necesitado como prometías, nunca, jamás te habrías ido y lo sabes, no me digas que no porque sabes que es así. Eras de las pocas personas que siempre estaba ahí, que me hacían feliz y a las que le dí el poder de escucharme reír porque eras de las pocas personas que se quedaban a oírme llorar. Te quedabas para calmar mis miedos, para decirme cuatro tonterías que me hacían reír, me decías que me querías y se me iban todos los males, ¿acaso no recuerdas nada de eso? ¿no recuerdas las veces que estábamos en el teléfono y éramos felices? ¿no recuerdas aquella vez que te dije que te quería después de un largo suspiro y dijiste sin duda alguna que ese era el te quiero más sincero que habías recibido en toda tu puta vida? ¿no lo recuerdas? ¿no recuerdas el miedo que tenía yo de perderte y decías que no tenía ni cabeza ni pies tenerlo? ¿cómo que no? Mírame, lo tenía porque sabía que te irías y que llegaría el día en el que te tendría que decir adiós y llegó, te dije adiós por decir algo porque sabía desde el primer día en el que te perdí que nunca en la vida podría deshacerme de ti ni de tu recuerdo. Sabía que no habría ni un solo día en el que no pensase lo mucho que llegaba y llego a necesitarte. Es que, no sé, sigo aquí hecha una mierda porque no sé si después de éste adiós va a haber ningún 'hola' más y eso me mata por dentro, el no saber de ti, el no saber si seguirás recordándome como yo te recuerdo, si me seguirás escribiendo como te escribo y me mata el no saber si después de decirme adiós has hecho lo que todos hacen, olvidarme, dime, ¿acaso has olvidado a la mejor persona que decías haber conocido? Porque para mi parece que no ha pasado el tiempo, me dejaste un domingo y parece que solo es lunes por la mañana y que todo ha sido una pesadilla y que en un rato me llamarás pero miro al móvil y parece que no tengo cobertura o que tu has olvidado mi número para llamarme porque ya no sale tu nombre en la pantalla y en vez de ser septiembre que es cuando todo verdaderamente se acabó, ya ha llegado Febrero y de aquí poco daremos la bienvenida a marzo y, siento que el tiempo pasa menos yo, que tú ya no pasas por mi vida como la hacías antes pero que si alguien me pregunta que coño es lo que me pasa, siempre pensaré que me pasas tú. Que no puedo olvidarte, no hago más que recordarte, llorarte, pensarte, amarte; hago todo el arte que te pueda pasar por la cabeza menos olvidarte, parece que cuando se trata de ti eso no me va, así que no te creas ninguno de mis adiós porque cuando se trata de ti nunca me voy. 

-Ann.

Si esto se acaba el que pierde vas a ser tú.


Vienes, te vas, vuelves a venir, me dices lo mucho que me quieres, vuelves a pirarte como si nada, vuelves de nuevo diciendo que me echas de menos como si eso fuese verdad, te quedas poco tiempo, te lloro de nuevo, sales con otras, vuelves diciendo que ellas no son yo, vuelves a irte diciendo que no significo nada para ti y aún así sigues volviendo y lo peor de todo no es que vuelvas, lo peor de todo es que todas y cada una de las veces que vienes, yo te permito quedarte y, ¿sabes por qué? Porque nadie en su sano juicio se permitiría perderte para el resto de su vida, ni siquiera yo que he soportado todas y cada una de tus mierdas. Y aquí sigo, pensando en que cambiarás, que volverás a ser el mismo que el de los primeros meses pero el tiempo pasa y sigues siendo esa mierda de persona que no deja de romperme con falsas ilusiones. Y aún sabiendo que todo lo que llegas a decirme es mentira no puedo o no encuentro la forma para mantenerme alejada de ti, cómo que no me sale apartarme de lo más bonito que me he encontrado. ¿Debería alejarme? Me pregunto todas las noches en las que acabo llorándote porque no estás aún sabiendo que, tal vez, mañana volverás y con un par de palabras ya volveré a ser tuya. Claro que debería, debería decirte que se ha acabado, que no puedes jugar conmigo de la misma forma que juegas con las demás, que no deberías romperme después de lo mucho que he llegado a dar por ti que ni siquiera has visto, no deberías dejarme sola mientras te lloro y no importarte una mierda lo que sienta aquí dentro pero irremediablemente vienes sonriendo como si lo único que necesitaras fueras a mí, me dices que me quieres, que me has echado mucho de menos y lo mucho que llegas a necesitarme y en esos momentos siempre sobran las palabras, te abrazo, me besas y ya estoy perdida incluso antes de que te hayas marchado y, al irte, no quieras saber cómo me quedo, no quieras saber lo mucho que te lloro y le pido al mundo el volver a tenerte en breves aún sabiendo que no seré la única a la que has estado besando últimamente. Y, joder, no veas como duele el tener que soportar todo esto, que vuelvas y te vayas como si yo solo fuese una estación de tren en la que estás de paso y que al llegar el próximo tren te irás pero aún así, sigo pensado que ese dolor es soportable comparado al dolor que sentiría si no volvieras pero no sé qué coño me pasa estos días que siento que tenerle y no tenerle es lo mismo, me duele igual. Me he dado cuenta estas últimas noches que no me compensa tener esas palabras bonitas que yo también puedo decir sin sentirlas solo para tenerlo un ratito más aquí, no me sirve de nada que me bese si no significa nada para él, no me sirve de nada que me acaricie si no nota la diferencia que hay entre mi piel y la de las otras. Es que, hostia, le miro y ya no le reconozco, cómo que no es la persona de la que me enamoré y yo como una estúpida que sigo enamorada de los recuerdos me dió, me sigo quedando para a ver si queda un poco de él, de aquel que realmente me hizo feliz pero a estas alturas ya lo dudo. No sé ni quién es él ni en quién me he convertido yo. Solo sé que ya no soy feliz, que no me compensa que vuelva si no se queda, que no me compensa un rato con él sabiendo que ahí fuera pueden haber miles de personas que vean en mi lo que un día él vio, miles de personas que quieran quedarse, besarme y seguir besándome hasta desgastarme hasta el fin de sus días y solo espero que cuando esa persona aparezca, él se de cuenta de lo mucho que la jodió al perderme. Que sí, que puede que sea duro para mi dejarle, puede que sea de las cosas más difíciles que vaya a tener que hacer pero tengo que mirar por mí y aprender a romper con la gente porque si él se va es porque no era para mí y porque el mundo tiene algo mucho mejor que traerme, aunque no lo crea, aunque solo piense que él es la persona que quiero para el resto de mi vida. No me lo merezco, no me merezco que me quieran cuando le venga en gana y que ni se acuerde de mi nombre cuando se va por ahí, quiero que me busquen porque me necesitan, que se queden porque quieren y que me quieran porque les sale solo, porque le nace el mirarme de esa forma en que me mira, que me acaricie como si fuese lo más preciado que tiene y que no quiere que se rompa, quiero a alguien que me mire como nunca más mirará a nadie y no alguien que ni me ve porque por ahí a su alrededor hay miles de chicas más cuando aquí hay una que solo tiene ojos para él. Y puede que a él le dé igual perderme, supongo que ni le dolerá y que tampoco significará nada pero solo estoy segura de una única cosa; el que saldrá perdiendo al no tenerme es él y no yo porque yo puedo volver a querer a quien me de la gana con la misma intensidad que le quise a él pero pongo la mano en el fuego sabiendo que no me quemaría a que nadie podrá llegar a quererle ni la más mínima parte de lo mucho que yo le quise y ya no le quiero. 

-Ann.

dimarts, 3 de febrer del 2015

Éramos felices y nosotros sin saberlo...


Antes, cuando eras pequeño, tu mayor preocupación era saber que dos más dos son cuatro y ahora desearías con todas tus fuerzas que ese fuera el mayor de tus problemas. Cuando eras pequeño parecía que todo te ilusionaba en ésta vida y no tenías miedo de hacerlo, ahora tienes que andar con pies de plomo porque si te ilusionas te rompen el corazón y, es así y lo sabes... cómo cambian las cosas, ¿eh? Siendo pequeño deseas ser grande y siendo grande deseas no haber crecido.

¿Recuerdas la sonrisa que te salía el día que esperabas los reyes magos? Con esa tonta ilusión, ¿lo recuerdas? No había sonrisa más sincera que esa y ahora parece que al salir de casa no sabes qué sonrisa combina mejor con esa ropa que llevas. Cuando eras pequeña no sabías lo que era el no quererte a ti y cuando creces y te miras en el espejo parece que te sabes de memoria todas y cada una de las formas para odiarte y eso es muy triste...es triste pasar de ser feliz e inocente ante el mundo a no saber lo que es la felicidad y odiar al mundo por quitarte todo lo bueno que tenías cuando eras una mocosa. ¿Cuántas veces habremos deseado que el único de nuestros problemas fuese colorear sin salirnos de la ralla? ¿cuántas? Yo ya he perdido la cuenta. Los problemas van más allá de eso; pierdes a gente, las cosas cambian, conoces a gente nueva, te ilusionas, te odian, odias, te enamoras, pierdes (otra vez), quieres, te rompen, lloras, te rindes, te hunden, te odias...y podría seguir así durante horas y no acabaría y me duele que esto sea así, joder, con lo fácil que era sonreír siendo pequeña y lo difícil que es ahora dejar de llorar eh. Y por eso, hoy, me prometo que jamás, nunca dejaré de ser esa niña que antes era, jamás perderé esa risa que todos adoraban y ante mis problemas, borrón y cuenta nueva y si me salgo de la línea como cuando era pequeña, que le jodan, arranco la página y a seguir, solo quiero ser feliz, que ya me toca y, ¿a ti? ¿ya te toca o vas a seguir en esa mierda?

-Ann.








dilluns, 19 de gener del 2015

Ya no hay Primavera.



me habían dicho más de una vez que los hoyuelos que te salen al sonreír se les llama margaritas y que cada vez que yo sonreía, florecía la Primavera pero parece que desde hace unos meses ya no hay primavera que valga, ni sonrisa que salga y, qué decirte, a ti, que ya no sepas, es una pena que no tenga ni tiempo ni ganas de regalarte una triste sonrisa. Lo he intentado pero ya no me sale, he perdido la práctica en cuanto a ser feliz se refiere. He intentado por todos los medios ser fuerte y dejar de llorarle al mundo por no tenerte, he intentado fingir que ya no me dueles o que ni siquiera te recuerdo aunque sea un poquito pero es que sólo de pensar que cuando deje de recordarte ya no estarás, me hundo en lo más profundo de mi alma y siento que no puedo. Que no quiero una vida sin ti después de haber conocido cómo sería una vida contigo. Y estoy harta de que la gente no me entienda, que me diga que no vales nada y que te deje pasar y yo no sé si reírme o llorar. ¿Dejarte pasar? Ilusos, como si solo fueses una página que pasar. Eras más que eso y no tengo ni puta idea de cómo hacer para que vuelvas o al menos para que no me duela dejarte. No lo sé, es que no tengo ni idea de nada desde que no estás y no quiero esto. No quiero levantarme fingiendo que todo va bien y luego por la noche echarme a llorar, no lo quiero. Quiero poder salir ahí fuera sonriendo pero de verdad y haciéndolo porque ya no te necesito. Quiero levantarme de ésta caída en la que sigo tirada. Quiero poder decir que estoy bien y que hasta yo misma me lo crea porque sea verdad. Quiero volver a ser esa chica que llena la vida de la gente de Primavera cuando sonríe y no de Invierno cuando llora como lo estoy haciendo ahora. Que parece que hace frío y que quiero quedarme en él pero no, quiero poder salir de casa y no tener que disimular, quiero poder salir a la calle aún teniendo el corazón roto y que ni me duela, quiero seguir con mi vida como la sigue aquella gente que se va de ella, quiero ser feliz, por mi, ni por ti, ni por él, ni por nadie, ser feliz por mi porque es lo que quiero y me merezco, que ya me toca reírme de la vida y no al revés, que parece que ésta no se cansa y quiere que me pase los días enteros llevándome las hostias que más duelen cuando lo único que quiero es sonreír sin que duela y no llorarle a nadie, solo a mi cuando vea que me estoy perdiendo. 

-Ann.

Yo quiero ser feliz, ¿y tú?



Hay días en los que desearías no haberte levantado, ¿para qué? ¿para la mierda que nos espera? No vale la pena. Muchas veces, no sé si vosotros lo hacéis, me encierro en mi habitación, me pongo música y escribo. Escribo porque necesito encontrar la manera de llorarle al mundo porque ya no me quedan ni lágrimas para hacerlo. Escribir es cómo un grito al mundo que nadie escucha pero que me permite dejar toda esa mierda atrás. Y hoy aquí me tenéis, escribiendo de nuevo y si os digo la verdad no sé ni por donde empezar ni siquiera sé qué decir, solo sé que hoy lo necesito. Hace ya rato que me he encerrado en la habitación, me he puesto música y con cada nota que suena por los auriculares siento cómo el brillo de mis ojos aumenta, solo sé que estoy intentando por todos los medios no dejar que caiga ni una puta lágrima pero joder, cada vez es más dificil. ¿No habéis notado muchas veces cuando ese día no es tu día? ¿Que hagas lo que hagas va a salirte mal? ¿que quieres llorar por todo? ¿que echas de menos? ¿que necesitas? ¿que...todo? ¿Has notado nunca cómo se te viene todo encima y no sabes ni cómo continuar? 

Sientes que hagas lo que hagas va a estar mal, que nunca recibirás ese 'estoy orgulloso de ti', que te criticarán allá donde vayas, sientes que lloras por todo, por echarle de menos, por ser tan tonta, porque parece que siempre metes la pata, que nadie te entiende, que necesitas un abrazo cuando eres tú la única que abraza a aquellos que están mal pero, joder, ¿y tú qué? ¿dónde coño quedas tú? ¿y yo? ¿donde queda esa gente que siempre está ahí para todos y que no hay nadie para ella? Esa gente como tú y como yo está ahora leyendo esto intentando no llorar, pidiendo a gritos que la abracen de verdad y parece que nadie se da cuenta de lo jodida que puedes llegar a estar. No digo que el mundo se acabe, no, pero hay veces en las que ya no tenemos fuerzas para sostener ese mundo. Que ya no nos queda nada, que explotamos, lloramos y seguimos llorando creyendo que eso mejorará las cosas pero mañana cuando te levantes toda esa mierda seguirá ahí. A veces necesitamos que estén ahí, nos abracen y se dejen de esas gilipolleces del 'todo irá bien' porque no se sabe, solo sabemos que 'irá' que eso ya es mucho. Y como parece que nadie se da cuenta de eso, aguantamos y aguantamos y el vaso ya está lleno de tanta mierda y aún así seguimos como si no nos doliesen las cosas, como si no nos importara nada y como si pudiésemos con todo y más. Viene alguien te pide que la escuches y se va sin ni siquiera preguntarte '¿qué tal?' Ya soportamos demasiadas mierdas para soportar la de los demás, ¿no creéis? Que parece que tenemos que oír llorar a todo el mundo y nadie está dispuesta a escucharnos llorar a nosotros y una se cansa de esa mierda. Puede que muchos de vosotros me entendáis, que os encontréis en estos instantes encerrados en vuestra habitación llorando porque algo va mal, quiero que sepáis algo; coged el toro por los cuernos y no dejéis que ni la vida ni el mundo pueda con vosotros, merecéis más que toda esa mierda. Mucho más. Y si hoy no podéis, mañana seguro que sí, tú y yo, podremos porque queremos seguir adelante, apesar de las dificultades, apesar de los problemas, vale la pena. Así que llora, ríe, grita, sueña...pero vive. No dejes que todo lo que tienes encima te impida ser y hacer lo que tu quieres y eres. Y desde aquí, perdida en mi habitación te envío un fuerte abrazo que la distancia me impide darte pero ojalá pudiese dártelo y con él llevarme todo lo que soportas porque no es lo que nos toca. Y estoy segura que algun día habrá en vuestras vidas alguien que se de cuenta de que ya no podéis más, alguien que venga y os abrace durante media hora si hace falta para reconstruir todo aquello que se ha roto en vosotros y ese día, ese día disfrutad de la felicidad que os llena el alma, esa que no se vive siempre y que hay que saber aprovecharla. No sé tú pero quiero que ésta sea la última vez que lloro, yo quiero ser feliz, ¿y tú? ¿Empezamos a serlo?


-Ann

dimecres, 14 de gener del 2015

Eres tú en mi.


No quiero
perderte al despertar,
que me duele
que me escuece,
tanto,
que me rompo.

Haces que te busque
en cada estación de tren
en ese andén
que está cerrado y
no hay próxima parada
a tu corazón.

Es despertar y
ver que no estás y
ya no amanece
es todo gris,
negro,
blanco,
sin ti.

Y a veces, imagino que
nos queremos hasta la madrugada
de todos y
cada uno de los días
en los que te tengo
aquí.

Nos imagino
teniéndonos
el resto de mi vida
de la tuya,
de la nuestra.

Y vuelvo a escribirte
un verso más
a ver si te encuentro
en cada letra porque poesía
eres

en mi.


Poesía es él.


Si pudiera
te abrazaría
en la misma cama
en la que ya no te tengo.

Si estuvieras,
aquí
me sonreirías
como nunca antes lo has hecho,
y perderías,
tú,
el norte entre mis piernas.

Si no vuelves,
te buscaría
en cada rincón de mi alma o
en una cama cualquiera
sin ser la mía pero buscándome
en ella.

Y te llamaría
una y
otra vez,
para pedirte fuego y
hacerme ceniza.


Naufragaría
en tus caderas.
Perderme en tus pupilas,
salvarme entre tus brazos
Quererte,
siempre.
Hasta el último rincón
de mi piel o
la tuya.


Te querría
así,
aquí o allí
pero,
a ti.


dimarts, 13 de gener del 2015

Deja tu mensaje después de la señal.

"¡Hoooooooooola! Si escuchas este mensaje es porque ahora estoy ocupada y no puedo responderte- empezó a reír- En cuanto pueda contestaré a tu llamada solo tienes que hablar después de la señal –se hizo el silencio– Pip –pronunció– Es broma, ahora sí, deja tu mensaje y te llamo."

Sonó el famoso "pip" que me permitía dejar ese mensaje y en ese instante colgué. Me sabía de memoria su buzón de voz y me había llegado a pasar tardes enteras marcando su número de teléfono tan solo para oírla reír una vez más. Escuchaba esa carcajada y parecía que el ritmo de mi corazón volvía a la normalidad después de haberse pasado meses enteros sin funcionar, sin latir o sin vivir que, al fin y al cabo, viene siendo lo mismo. He perdido incluso la cuenta de los días que llevo sin ella, de las horas que hace que la he perdido y de los segundos que he deseado que vuelva. No sé ni en qué día vivo pero tampoco quiero saberlo porque como eche cuentas de los días que llevo sin ella me volveré más loco de lo que me volví al tenerla. Y ya no la tengo para que controle ese tipo de locura con todos y cada uno de sus besos. Esos que me daba en la punta de la nariz cuando yo me enfadaba, en el cuello antes de perdernos en el otro, en el pecho antes de irse a dormir, en todos y cada uno de mis dedos cuando entrelazábamos nuestras manos, en mis labios- aún sabiéndose de memoria el tacto y el sabor de ellos-, esa lluvia de besos que me daba en todo mi rostro todos y cada uno de los días a las siete de la mañana para hacer más llevadero ese día de mierda. Y ahora todos los días son una mierda igual que antes pero al menos en aquellos tiempos aún la tenía para poder ver la vida perdido entre su rizado pelo en el que me escondía cuando tenía miedo y en el que me perdía cada noche mientras le hacía el amor. Y todo esto os lo digo porque la echo de menos y escucharla reír entre ese mensaje hace que note más su ausencia porque, joder, no sabéis lo mucho que me ha llegado a calmar su risa en los momentos en que sentía que no podía más y ahora estoy en uno de esos momentos y aún escuchando su risa mil veces parece que la tormenta no pasa y estoy cansado de mojarme bajo tanta lluvia. 

En ese instante decidí llamarla de nuevo y tuve ese par de cojones que hace tiempo tendría que haber tenido: 

"¡Hoooooooooola! Si escuchas este mensaje es porque ahora estoy ocupada y no puedo responderte- empezó a reír- En cuanto pueda contestaré a tu llamada solo tienes que hablar después de la señal –se hizo el silencio– Pip –pronunció– Es broma, ahora sí, deja tu mensaje y te llamo." Sonó el verdadero 'pip' y agarre bien fuerte el teléfono.

–Dios, no sabes lo que a veces me llena el oírte reír, haces que parezca que todo vaya a ir bien y mira que hace mucho que en mi vida nada va bien. Exactamente los mismos días en los que no estás tú y no voy a darte la lata diciendo que he contado los días en los que no te tengo porque lo intenté pero perdí la cuenta. Te he llamado- una infinidad de veces- no voy a engañarte y hoy lo he hecho para decirte que te has dejado aquí todos y cada uno de los besos que un día me diste. No es que quiera que te los lleves pero con cada segundo que pasa se está borrando su marca y creo que deberías volver para hacerla eterna o al menos para que durase hasta la próxima. Notarás como en ocasiones mi voz me tiembla pero es cuestión de tiempo que me eche a llorar como un niño pequeño pero no te preocupes es solo porque te echo de menos, es como si me hubiesen quitado mi canción favorita o mi juguete más preciado que no dejaba a nadie, bueno...quizás no así, imagínate eso multiplicado por mil o por infinito, no sé. Solo sé que no estás, que mis camisetas echan de menos acoplarse a tus curvas y mis ojos echan de menos verte correteando por mi cocina cada mañana mientras ríes por mis cosquillas. Y yo echo de menos hacerte el amor de buena mañana o mirar una película juntos a la hora de la siesta. Y besarte, echo de menos besarte así como te besa ese chico que tienes ahora. Dile que le envidio y que desearía ser él por encima de todo pero sobre todo dile que si me lo cruzo le partiré la cara por atreverse a quererte sin saber que alguien como yo va a quererte eternamente. No sé si lo recuerdas pero un día te dije que si me atrevía a meter la pata contigo y te perdía, me llamases y me dijeras lo gilipollas que llego a ser por permitirme perderte y a día de hoy aún espero cada noche que me llegue ese mensaje en el que me digas lo estúpido que he sido pero en parte sé que no me llegará porque ya hay otro que tiene el privilegio de hacerte el amor todas sus noches y de verte dormir apoyada en él pero mi niña, quiero que sepas algo; aun estando con él no quiero que pienses en mi y en todos y cada uno de los besos que te dí. En todas y cada una de las razones por las que te quiero que le susurré muchas noches a todas tus pecas y mírate en el espejo si quieres y te darás cuenta que tienes miles de ellas, miles de razones por las que te quiero y lo sigo haciendo. Y estoy seguro, cariño, que él no te podrá dar- ni de lejos- las razones por las que te quiero. Pregúntale y dile a ver cuántas noches en vela ha pasado mirándote porque estoy seguro que no son ni una cuarta parte de las que he pasado yo. Que contigo tenía insomnio por pensarte, acariciarte y soñarte despierto mientras dormías y ahora parece que vuelvo a tenerlo pero la única diferencia es que a ti no te tengo. Solo me queda tu buzón de voz que creo que algún día se reirá de mi de tanto llamarle y hablar con él. Me sé de memoria todas y cada una de las palabras que sueltas en él pero tu risa, hostia, nunca me la aprenderé porque cada día la escucho distinta pero viniendo de ti nunca superará a ninguna otra y, ¿quieres saber algo? Es mi canción favorita sobre la faz de la tierra pero solo espero que nunca nadie la escuche en todos los matices que yo llegué a escucharla, y te diré otro secreto; mi favorita era la que soltabas encima de mis labios entre besos y, mi chica, si aún me quisiera, volvería aquí a buscar todos esos besos que en su día dejaste y no solo eso, también se quedaría un ratito más. Y ya sabes que cuando digo un rato más me refiero hasta el fin de mis días o de los tuyos o quizás de los nuestros, no lo sé, solo vuelve y termina de arreglarme con esos besos que en su día cosían mis heridas y ahora su ausencia dejan esas heridas abiertas y yo como gilipollas que soy y sabes que lo soy, meto el dedo en la herida para hacerte más presente y así volver a tenerte una noche más, que parece que hoy vuelvo a necesitarte. 


-Ann.