dimarts, 15 d’abril del 2014

Al final siempre salgo perdiendo.

'hay noches en las que aún te pienso, no debería.
hay días en los que aún te busco, tampoco debería.
hay tardes en las que aún dudo si te quiero, y no debería ni dudarlo ni tampoco quererte. 

noches en las que todavía espero a que vengas y me abraces.
días en los que te busco con la mirada para saber que sigues ahí pero ya no te encuentro.
tardes que me las pasaría colgada de tu cuello y besándote.

y él las noches se las pasa en la cama de otra,
los días se los pasa abrazándola,
y las tardes besándola.

Y aún así, aún sabiendo que ya es feliz, a veces, somos tan tontas que seguimos esperando porque has querido tanto que siempre te queda la mínima esperanza de que volverá pero, escucha, nunca vuelven y si lo hacen es para hacerte daño, solo un poquito más..

..un daño que, a veces, estamos dispuestas a pasar porque eso significa que vuelves a tenerlo pero, chica, que al final siempre sales perdiendo.'

-Ann.

dimarts, 8 d’abril del 2014

Estoy loca y profundamente enamorado de ti.

-¿Porqué noto como si te estuvieses despidiendo de mi?- pregunté mirándole a los ojos.

-No lo estoy haciendo- respondió y dejó de mirarme.

-Mírame- le susurré- Mírame a los ojos y dímelo otra vez- al no hacerlo coloqué una de mis manos en su mentón y hice que me mirara-¿Porqué siento que estás terminando con esto?

-Yo..- dijo- No puedo más- susurró.

-¿Con qué no puedes?- pregunté con miedo.

-No puedo seguir con esto- apartó mi mano de su mejilla- No quiero sentir esto.

-¿Y qué sientes?- no estaba segura de estar preparada para oír esa respuesta.

-Siento que estoy loca y profundamente enamorado de ti- me confesó- Y me da miedo, miedo al no saber qué pasará ni si de aquí unos meses seguirás conmigo o te habrás cansado de mis estupideces- le tembló la voz- Tengo miedo a que con el paso de los días te des cuenta de que no soy lo suficiente bueno para alguien como tú- a medida que hablaba iba bajando el tono de voz- No quiero sentir que el mundo se acaba si te pierdo- me miró- Ni tampoco quiero sentirme vacío cada vez que me dices adiós y te das la vuelta para irte- se pasó una de sus manos por el pelo nervioso- No sabes el hueco tan grande que dejas cada vez que te despides de mi ni lo hundido que me quedo, a veces, al poder pensar que llegará el día en que te despidas y no vuelvas a mirar atrás para mirarme una última vez y sonreírme.

-¿Porqué das por hecho que eso va a pasar?- pregunté.

-Porque toda la gente a la que le he acabado demostrando que le quiero y por la que he perdido ésta apariencia de tío frío, al final se ha ido.

-Yo no soy como esa gente- volví a acariciarle la mejilla y él se acercó a éste contacto.

-¿Como estás tan segura?

-Porque sería muy estúpida si te dejara que, cariño, el miedo lo tengo yo por si conoces a otra mejor, por si algún día dejas de mirarme con ese brillo en la mirada que me vuelve loca, por si algún día al girarme cuando me voy no te encuentro ahí mirándome mientras te muerdes el labio pensando en que te mueres de ganas por besarme- me puse de puntillas y rocé mis labios con los suyos- ¿Sabes qué?- susurré encima de éstos- Yo también estoy loca y perdidamente enamorada de ti- cerró los ojos durante unos segundos y le dí un corto beso- Tienes miedo, ¿verdad?

-Mucho- susurró- No quiero que te vayas.

-No voy a irme- dije- ¿Sabes lo mejor?- le pregunté.

-¿Hay parte buena en esto?

-Sí- me separé de él y rodeé su cuello con mis brazos- Que a mi me parece buena idea tener miedo- me miró extrañado- Pero miedo, juntos- sonrío- Cariño, el que puede irse también eres tú.

-Sería demasiado tonto si me fuera.'


y qué tonto fue por irse y que tonta yo por esperarle.

-Ann.

dissabte, 5 d’abril del 2014

Lo que tanto había buscado se ha ido y no sé como seguir.

'-Para ti es fácil decir que pase de ella cuando no has sentido lo que yo.

-Enamorarse es de idiotas- me dijo- Y sabes que te advertí que no deberías hacerlo, tío.

-Cuando te pase a ti, me entenderás- respondí y me acerqué a la barandilla del balcón con mi cigarro en mano. No podía haberme dejado, no, joder. Tenía la mirada fija a esas vistas que se podían apreciar desde mi ventana pero me sabían a poco después de haber visto su cuerpo desnudo iluminado por la luz del amanecer. Desde que no estaba todo me recordaba a ella y a su ausencia. ¿como iba a vivir sin tenerla? ¿podía? no quería ni saberlo.
Cerré los ojos y me vino en mente las muchas veces que había deseado poder ver su pelo esparcido por mi almohada o en mi pecho, notar su sonrisa en mi cuello después de haberle hecho el amor, notar sus manos frías recorrer cada centímetro de mi espalda cuando la necesitaba más que nunca. Sabía que echaría de menos poder esconderme en su pelo para que el miedo no me encontrase. No quería ni imaginarme lo que sería de mi sin poder hacerla rabiar, ni sin poder ver su ceño fruncido o escuchar esa risa que me daba la vida. Echaría de menos no poder entrelazar su pequeña mano con la mía, ni poder besarla diciéndole a su vez que todo iría bien si me tenía allí con ella. Echaría de menos poder cogerla a horcajadas cada vez que se acercaba a mi corriendo diciendo que me había echado mucho de menos. Echaría tantas cosas en falta..

-¿Estás bien?- escuché que decía mientras apoya su mano en mi hombro.

-Sí, claro que sí- susurré.

-Si fuera así no estarías llorando- le miré y entonces me di cuenta que tenía razón. Lancé el cigarrillo al suelo, no me importaba estar llorando por ella. Miré fijamente la pared y él entendió lo que quería hacer y se puso entre la pared y yo- Pegarla no va a hacer que te sientas mejor.

-Pero es que necesito sacar esto, joder- me acerqué más a él pero me impidió el paso.

-No lo hagas, eso no va a hacer que vuelva- aparté la mirada, no me gustaba que él me viese llorar, yo era fuerte antes de ella, joder.

-Ya nada va a hacer que vuelva- cerré los ojos fuertemente y me senté en una de las sillas del balcón, escondí mi cara entre mis manos.

-Eh- apoyó su mano en mi espalda- Vendrá otra cuando menos te lo esperes.

-¿Pero es que no entiendes que no quiero a otra?- le miré, me costaba hablar- Cuando te enamores sabrás que solo la quieres a ella, que me da igual que vengan otras tantas diciendo que me quieren, no me sirven de nada sus palabras si no vienen de los labios de ella, joder- me pasé la mano por los ojos- Que sé que la he cagado pero, dios, la necesito aquí conmigo- suspiré- Todos tenemos derecho a equivocarnos y aprender de ello- dije- Ella ha metido la pata miles de veces y yo la he perdonado como un gilipollas porque soy incapaz de sacarla de mi vida así como así, ¿sabes?

-A ella no le ha costado, quizás es que no te quería tanto.

-Saber eso no hace que la quiera menos- respondí- Que es ella, joder- sabía que me iba a costar dejar de llorar- Que lo que tanto había buscado se ha ido y no sé como seguir.

-No tendrías que haber dado tanto por ella, tío.

-¿Sabes lo peor?- le pregunté.

-¿Qué?

-Que volvería a hacerlo- dije- Volvería a enamorarme de ella una y otra vez aún sabiendo que al final acabará saliendo de mi vida.'

-Ann.

Lo mejor para todos menos para mi.

'-Te fuiste y nunca me dijiste porqué- me miró a los ojos y aparté rápidamente la mirada, no podía permitirme mirarle y volver a caer en su juego.

-No importa-susurré.

-A mi sí me importa- colocó una de sus manos en mi mejilla y la acarició suavemente con el pulgar-¿Porqué?

-¿Sabes lo difícil que es ver delante de tus narices que una de tus peores pesadillas se hace realidad?

-¿Cómo?- preguntó confuso.

-Me prometí a mi misma que no tenía de qué preocuparme si te tenía, me prometí que dejaría mis rayadas y mis mierdas a un lado cuando estaba contigo- le miré- Me prometí no pensar en porqué te habías quedado conmigo- suspiré- Me prometí no pensar en que podrías irte con otra.

-No iba a irme con otra teniéndote conmi- le interrumpí.

-Vi como la mirabas- me aparté de él- Te brillaban los ojos como si delante tuya tuvieses a lo más importante de toda tu vida. 

-Eso no es verdad.

-¿No?- le miré sonriendo- ¿Tu crees?- me mordí unos segundos el labio para no llorar- El problema es que no querías darte cuenta, no querías admitir que te gustaba porque me habías prometido quedarte conmigo el resto de tus días.

-Siempre cumplo mis promesas- dijo.

-¿Y de qué me servía retenerte a mi lado?- el nudo en la garganta me impedía hablar con claridad- Si por mi fuera te habría dejado a mi lado el resto de mi vida pero ¿para qué?- le miré- Yo solo quería que me volvieras a mirar así como la mirabas a ella y como me miraste una vez a mi pero eso no se decide, ¿sabes?

-Yo..-susurró.

-No hace falta que digas nada- intenté sonreír pero fallé- Esa es la razón por la que me fui, porque me parecía injusto retenerte y que la única que quisiera de verdad aquí fuera yo.

-Te quise.

-Pero no me querías de la misma forma que lo hacía yo.

-¿Porqué hablas en pasado?- preguntó- ¿Ya no me quieres?

-No- mentira -Y eso es lo mejor para los dos.

-Tienes razón, es lo mejor para todos- admitió sin saber que mi corazón acababa de romperse.'

eso era lo mejor para todos, sí, menos para mi.

-Ann.

divendres, 4 d’abril del 2014

¿De que me sirve tener corazón si está roto?

'-No estoy llorando- dije escondiendo la cara entre mis manos.

-No soy tonta- se agachó delante de mi y me apartó las manos de la cara-¿Que te pasa?

-Que estoy harta- admití.

-¿Harta?- me miró arqueando una ceja- ¿De qué?

-De todo- me sequé las lágrimas que seguían cayendo- Harta de ser tan insegura y vivir con miedo como lo hago.

-Pero si tu no eres insegura- me miró frunciendo el ceño-Eres muy fuerte.

-A eso le llamo yo aparentar- me reí con lágrimas en los ojos-Me merezco un premio por fingir tan bien.

-No parece que estés tan mal-me miró.

-Pero lo estoy- dejé de mirarla, no me sentía segura hablando de estos temas- Es muy jodido levantarte cada mañana y odiarte al mirarte al espejo, ¿sabes? Si por mi fuera rompería el espejo pero solo me faltaría que el dicho ese de los años de mala suerte fuera verdad y con la mala suerte que ya tengo, paso. 

-Pero si eres preciosa- me cogió de la mano.

-Eso es lo que tú ves- admití- Yo solo veo a una chica asustada, con complejos, frágil, sola. Estoy harta de salir a la calle y compararme con todas.

-No deberías hacerlo.

-Pero lo hago, es inevitable, joder- tenía muchas ganas de seguir llorando- Intento quererme, te lo juro, pero siempre fallo. Y sé que si no me quiero yo a mi nadie me va a querer. No es fácil, ¿sabes? Muchas veces me han dicho que me quieren y no me lo creo porque..¿quién coño va a fijarse en mi habiendo las chicas tan guapas que hay?

-Habrán chicas guapas pero como eres tú por dentro te hace preciosa.

-Eso no me sirve- la miré- Para ti es fácil, mírate, a veces desearía ser tú.

-Oye..-la interrumpí.

-No te mates a convencerme, no servirá de nada- suspiré para no llorar más- A veces creo que hasta que no venga alguien que enseñe a quererme, no me querré.

-Deberías confiar un poquito más en ti. 

-¿De qué me serviría?- pregunté- De nada. Cada cosa que hago, está mal, cada cosa que digo está mal. ¿Es que hay algo bueno en mi?

-Sí- respondió sonriendo.

-¿A si?- pregunté- Pues no sé el qué- me secó las lágrimas.

-Tienes un corazón que no te cabe en el pecho- respondió- Eso es bueno.

-¿Y de qué me sirve tenerlo si está roto?'

-Ann.

dijous, 3 d’abril del 2014

Decías que no te importaba perderte en la curva de mi cadera.

'a veces, sin quererlo, se me va la vista a aquel libro que tengo en la estantería de mi habitación, ese que está cogiendo polvo porque no tengo los cojones de volver a leer. Ese libro que solía leer todas las noches y que, cuando tú venías, me lo quitabas de las manos para besarme. Lo cogías, sonriendo, como si fuese lo más preciado de éste mundo y lo dejabas al otro lado de la cama. Te acercabas mordiéndote el labio y situabas siempre tu mano derecha encima de mi mejilla y la acariciabas provocando que cerrara los ojos. Me hacías suspirar con tan solo una caricia. Cariño, hacías que me faltara el aire con solo un mínimo roce de tu piel con la mía. Me besabas y yo ya estaba perdida. Siempre te subías encima de mi haciendo que quedase prisionera de tus besos, tus caricias, tus miradas y no había mejor cárcel que esa. Nos mirábamos como si quisiéramos recordar cada segundo juntos. En esos momentos sobraban las palabras y, también la ropa. 
Adoraba sentir tu piel ardiendo y es que ésta quedaba de puta madre con mis manos frías, encajaban a la perfección. Y que, chico, aún teniéndote cada noche te acariciaba como si fuese la primera vez. Mis piernas se enredaban con las tuyas, mis manos buscaban tus manos para entrelazar nuestros dedos, mis labios pedían a gritos que los besaras y lo único que hacíamos era perdernos en la oscuridad de nuestra habitación, debajo de las sábanas, y perder la noción del tiempo para demostrarte lo mucho que te quiero.

pero ahora ya no estás para hacerlo..ahora solo me queda mirar el libro deseando que vengas y me lo quites para hacerme el amor una noche más. Pero eso nunca pasa.
¿Sabes? Hay algo que nunca te dije..cuando estabas aquí fingía leer el libro. Siempre me quedaba en la misma página, la 245.. ¿sabes porqué? No podía continuar leyendo contigo aquí y menos cuando en esa página el chico le decía a la chica que tenían que hablar. Me sabía el diálogo de memoria y era incapaz de pasar página para saber como acababa. Por eso siempre que llegaba a la última línea de esa página, te miraba mordiéndome el labio para que te acercaras a mi, sabiendo que lo harías. ¿Sabes porque nunca pasé de esa página? No tenía los santos cojones de saber como acababa pero supongo que puedo imaginármelo.
Acabará como acabó lo nuestro..

..tú por allí y yo por aquí deseando tenerte conmigo, muy típico, ¿no?

¿Sabes? Incluso han habido veces en las que me he levantado a coger el libro y cuando me quedo en esa página miro hacia la cama deseando tenerte aquí pero eso no me sirve de nada. Que no estás y ya no sé que hacer. Y es que no solo el libro me recuerda a ti; cada poro de mi cuerpo me recuerda a ti, a la forma de tus besos, de tus caricias, y es que, chico, la curva de mis caderas me recuerda que siempre me decías que no te importaría perderte en esa carretera el resto de tu vida pero supongo que la carretera ya la han cortado y no se puede volver a pasar, eso o ha habido un accidente en el que solo he salido herida yo, pero que nadie se preocupe que solo se me ha roto el corazón.'


-Ann.

dimarts, 1 d’abril del 2014

Si vienes a buscarme yo no estaré.

'-Tengo ganas de ti.

-De mi y de todas- susurré encima de sus labios. Me apartó el pelo de la cara.

-No- me mordió el labio- No- volvió a repetir después de besarme- Los besos de las demás no me importan- decía mientras con sus manos en mis caderas me hacía caminar hacía detrás.

-Pero parece que te da igual que exista la posibilidad de que te quedes sin los míos- puse una de mis manos en su pecho para que dejara de andar. Cogió esa misma mano y le dio un beso para luego situarla encima de su corazón.

-Si eso pasa- suspiró- Dios, no quiero ni pensar lo que podría pasar- me miró y colocó su mano libre encima de una de mis mejillas- No puedo vivir sin tus besos- cerré los ojos sabiendo que estaba volviendo a caer en sus redes, sus palabras me podían- Prométeme que nunca se te acabaran los besos para mi.

-Yo- susurré y me interrumpió.

-Prométemelo- pidió- A cambio yo prometo quererte el resto de mi vida- me dijo mientras empezaba a besarme el cuello.

-Pa..para- le pedí y se apartó- No puedo pensar con claridad si estás cerca.

-No pienses- me miró- Déjate llevar.

-No- le acaricie el pelo- Siempre que me dejo llevar acabo con un rasguño más en el corazón- me miró- ¿No ves que siempre caigo una vez más?- aparté sus manos de mi cuerpo- Siempre vienes con tus besos diciéndome que soy mejor que todas pero siempre te vas con otras- me tembló la voz- Estoy harta de que pienses que con un par de besos ya soy tuya- intentó tocarme pero no le dejé- Quiero que pases por lo mismo que yo, quiero que te sientas como una mierda cuando otro me toque, cuando otro me bese y sobretodo si me quiere de verdad- intenté no llorar- Te mereces esto- respiré hondo- Y ahora voy a irme y no quiero que me busques. 

-No puedes hacerme esto- suplicó.

-Eso me repetía yo- le miré- Siempre pensaba que si me querías no me harías esto pero míranos, tú el mismo cabrón de siempre y yo la tonta enamorada a la que le comes la boca y es capaz de olvidar que te has ido con otra y meterte en su cama para sentirse querida pero ya no me sirven tus falsos te quiero.

-No eran falsos- se puso justo delante para no dejarme marchar.

-Vete con tus cuentos a otra- le miré- A mi ya no me sirven.

-¿Estás segura?- se acercó a besarme y le dejé. Escondí mis dedos en su pelo y al separarse de mi me mordió el labio- ¿Ves?- me miró- Siempre caes- me acerqué sonriendo a su oreja.

-Ésta vez el que has caído eres tú- susurré- ¿No decías que no sabrías vivir sin mis besos? Pues prepárate porque ese era el último- le dí un golpecito en el hombro- Campeón, que eres un campeón- me reí- Que ahora te toca a ti irte a las camas de otras y no volver a la mía, ¿sabes porque siempre volvías cariño?- me miró serio- Porque muy en el fondo no te sabían a nada los orgasmos de otras porque solo a mi me querías y cuando te des cuenta y tengas los cojones de admitirlo ya será tarde.

-Siempre puedo ir a buscarte, ¿no crees?- apartó de nuevo mi pelo de la cara, le encantaba hacer eso y para qué mentirnos, a mi también.

-Ven si quieres, búscame pero ahora soy yo la que te promete una cosa- acaricié mis labios con los suyos por última vez- Te prometo que si vienes a buscarme yo no estaré.'

una promesa que no cumplí, yo fui esa tonta que esperó a que viniese a buscarme pero nunca volvió.

-Ann.

Tan tuya como tú eres mío.

'tenerte aquí, ¿te imaginas? Poder abrazarte, cariño, poder besar cada poro de tu piel, cada cicatriz y curarla con mis besos. Quitarte el miedo de la misma forma que te quito la ropa. Y que, chico, no le temas a nada que aquí estoy y no voy a irme. Mírame, estoy feliz y..¿como voy a apartarme del tío que consigue hacerme sonreír? Estaría loca y solo lo estoy pero por ti.
¿Te imaginas poder soñar juntos en la misma cama? o podríamos soñar que dormiremos en otras, quizás en Londres, París o qué más da el sitio si estoy contigo. Imagina que me puedes hacer rabiar apartándote cuando quiero besarte y para quitarme el enfado me llenas la cara de besos haciendo que sonría como una tonta. Y sonreír entre besos y morderte el labio, ese que te muerdes cuando piensas en mi. Y quitarte el dolor que otras te dieron para darte amor. Y llenarte la vida de motivos que valgan para seguir..

..recuerda, amor, que si tu caes yo me largo contigo.

Imagina, también, que puedo darte todos los abrazos que nunca has tenido, poder susurrarte al oído lo mucho que te necesito, acariciarte el pelo y que tus manos tiemblen en mi espalda inseguras de romperme un poco más. Pero, cariño, que la única que tiene miedo de destrozarte soy yo, que debería de estar prohibido tener a algo tan bonito como tú entre mis brazos. Imagina que estoy ahí para reseguir cada lunar de tu espalda mientras noto como sonríes en mi clavícula, o que te muerdo el lóbulo de la oreja para hacerte sonreír o para que pierdas el norte o quizás el sur. 
Imagina que te seco las lágrimas a besos, que te dejo que te escondas en mi pecho para refugiarte de tus miedos. Imagina que pierdo el miedo y no te pierdo a ti. 

Imagínate a ti y a mi queriéndonos el resto de nuestros días, ¿no te suena bien?

Porque pensar en besarte, abrazarte, sacarte de quicio, picarte, acariciarte, enseñarte lo que es querer sin miedo..a mi eso me suena perfecto. Despertarte cada mañana acariciándote el pelo, besarte la punta de la nariz y hacerte cosquillas. Salir corriendo para que no me atrapes sabiendo que odias las cosquillas. Que me cojas, que me beses y perdernos en el cuerpo del otro, amarnos, querernos y susurrarte que soy tan tuya como tú eres mío. Y besarte..

..y perderme de nuevo. Que chico, ya estoy perdida y mira que ni te tengo.'

-Ann.