dijous, 3 d’abril del 2014

Decías que no te importaba perderte en la curva de mi cadera.

'a veces, sin quererlo, se me va la vista a aquel libro que tengo en la estantería de mi habitación, ese que está cogiendo polvo porque no tengo los cojones de volver a leer. Ese libro que solía leer todas las noches y que, cuando tú venías, me lo quitabas de las manos para besarme. Lo cogías, sonriendo, como si fuese lo más preciado de éste mundo y lo dejabas al otro lado de la cama. Te acercabas mordiéndote el labio y situabas siempre tu mano derecha encima de mi mejilla y la acariciabas provocando que cerrara los ojos. Me hacías suspirar con tan solo una caricia. Cariño, hacías que me faltara el aire con solo un mínimo roce de tu piel con la mía. Me besabas y yo ya estaba perdida. Siempre te subías encima de mi haciendo que quedase prisionera de tus besos, tus caricias, tus miradas y no había mejor cárcel que esa. Nos mirábamos como si quisiéramos recordar cada segundo juntos. En esos momentos sobraban las palabras y, también la ropa. 
Adoraba sentir tu piel ardiendo y es que ésta quedaba de puta madre con mis manos frías, encajaban a la perfección. Y que, chico, aún teniéndote cada noche te acariciaba como si fuese la primera vez. Mis piernas se enredaban con las tuyas, mis manos buscaban tus manos para entrelazar nuestros dedos, mis labios pedían a gritos que los besaras y lo único que hacíamos era perdernos en la oscuridad de nuestra habitación, debajo de las sábanas, y perder la noción del tiempo para demostrarte lo mucho que te quiero.

pero ahora ya no estás para hacerlo..ahora solo me queda mirar el libro deseando que vengas y me lo quites para hacerme el amor una noche más. Pero eso nunca pasa.
¿Sabes? Hay algo que nunca te dije..cuando estabas aquí fingía leer el libro. Siempre me quedaba en la misma página, la 245.. ¿sabes porqué? No podía continuar leyendo contigo aquí y menos cuando en esa página el chico le decía a la chica que tenían que hablar. Me sabía el diálogo de memoria y era incapaz de pasar página para saber como acababa. Por eso siempre que llegaba a la última línea de esa página, te miraba mordiéndome el labio para que te acercaras a mi, sabiendo que lo harías. ¿Sabes porque nunca pasé de esa página? No tenía los santos cojones de saber como acababa pero supongo que puedo imaginármelo.
Acabará como acabó lo nuestro..

..tú por allí y yo por aquí deseando tenerte conmigo, muy típico, ¿no?

¿Sabes? Incluso han habido veces en las que me he levantado a coger el libro y cuando me quedo en esa página miro hacia la cama deseando tenerte aquí pero eso no me sirve de nada. Que no estás y ya no sé que hacer. Y es que no solo el libro me recuerda a ti; cada poro de mi cuerpo me recuerda a ti, a la forma de tus besos, de tus caricias, y es que, chico, la curva de mis caderas me recuerda que siempre me decías que no te importaría perderte en esa carretera el resto de tu vida pero supongo que la carretera ya la han cortado y no se puede volver a pasar, eso o ha habido un accidente en el que solo he salido herida yo, pero que nadie se preocupe que solo se me ha roto el corazón.'


-Ann.

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