dimarts, 1 d’abril del 2014

Si vienes a buscarme yo no estaré.

'-Tengo ganas de ti.

-De mi y de todas- susurré encima de sus labios. Me apartó el pelo de la cara.

-No- me mordió el labio- No- volvió a repetir después de besarme- Los besos de las demás no me importan- decía mientras con sus manos en mis caderas me hacía caminar hacía detrás.

-Pero parece que te da igual que exista la posibilidad de que te quedes sin los míos- puse una de mis manos en su pecho para que dejara de andar. Cogió esa misma mano y le dio un beso para luego situarla encima de su corazón.

-Si eso pasa- suspiró- Dios, no quiero ni pensar lo que podría pasar- me miró y colocó su mano libre encima de una de mis mejillas- No puedo vivir sin tus besos- cerré los ojos sabiendo que estaba volviendo a caer en sus redes, sus palabras me podían- Prométeme que nunca se te acabaran los besos para mi.

-Yo- susurré y me interrumpió.

-Prométemelo- pidió- A cambio yo prometo quererte el resto de mi vida- me dijo mientras empezaba a besarme el cuello.

-Pa..para- le pedí y se apartó- No puedo pensar con claridad si estás cerca.

-No pienses- me miró- Déjate llevar.

-No- le acaricie el pelo- Siempre que me dejo llevar acabo con un rasguño más en el corazón- me miró- ¿No ves que siempre caigo una vez más?- aparté sus manos de mi cuerpo- Siempre vienes con tus besos diciéndome que soy mejor que todas pero siempre te vas con otras- me tembló la voz- Estoy harta de que pienses que con un par de besos ya soy tuya- intentó tocarme pero no le dejé- Quiero que pases por lo mismo que yo, quiero que te sientas como una mierda cuando otro me toque, cuando otro me bese y sobretodo si me quiere de verdad- intenté no llorar- Te mereces esto- respiré hondo- Y ahora voy a irme y no quiero que me busques. 

-No puedes hacerme esto- suplicó.

-Eso me repetía yo- le miré- Siempre pensaba que si me querías no me harías esto pero míranos, tú el mismo cabrón de siempre y yo la tonta enamorada a la que le comes la boca y es capaz de olvidar que te has ido con otra y meterte en su cama para sentirse querida pero ya no me sirven tus falsos te quiero.

-No eran falsos- se puso justo delante para no dejarme marchar.

-Vete con tus cuentos a otra- le miré- A mi ya no me sirven.

-¿Estás segura?- se acercó a besarme y le dejé. Escondí mis dedos en su pelo y al separarse de mi me mordió el labio- ¿Ves?- me miró- Siempre caes- me acerqué sonriendo a su oreja.

-Ésta vez el que has caído eres tú- susurré- ¿No decías que no sabrías vivir sin mis besos? Pues prepárate porque ese era el último- le dí un golpecito en el hombro- Campeón, que eres un campeón- me reí- Que ahora te toca a ti irte a las camas de otras y no volver a la mía, ¿sabes porque siempre volvías cariño?- me miró serio- Porque muy en el fondo no te sabían a nada los orgasmos de otras porque solo a mi me querías y cuando te des cuenta y tengas los cojones de admitirlo ya será tarde.

-Siempre puedo ir a buscarte, ¿no crees?- apartó de nuevo mi pelo de la cara, le encantaba hacer eso y para qué mentirnos, a mi también.

-Ven si quieres, búscame pero ahora soy yo la que te promete una cosa- acaricié mis labios con los suyos por última vez- Te prometo que si vienes a buscarme yo no estaré.'

una promesa que no cumplí, yo fui esa tonta que esperó a que viniese a buscarme pero nunca volvió.

-Ann.

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