dijous, 13 de febrer del 2014

Colarme en tu pecho y llegarte tan hondo como tú hiciste.

'ésta es la carta número doscientas setenta y tres, otra carta más de todos los días que estoy sin ti, siempre digo que será la última, prometo por encima de todo que esa noche en la que te escribo será la última pero a la noche siguiente suelo encontrar algo nuevo que decirte. Son las dos y cincuenta y seis de la noche, otra noche más en la que no estás para resguardarme del frío con tus abrazos, ¿recuerdas esas noches? siempre decíamos que no nos servía de nada usar mantas si nos teníamos el uno al otro para hacernos entrar en calor, yo todavía lo recuerdo. 

seguro que te preguntarás que qué hago despierta a estas horas pero es que cada noche es la misma rutina, me despierto buscándote en la cama, suelo girarme y al encontrar el hueco vacío ya no puedo dormir más. Me levanto y aun sabiendo que me congelaré, salgo al balcón a escribirte una noche más, a recordarte con mis líneas para notarte más cerca y para que me duela menos tu ausencia. Eres como esas heridas que aún escuecen y que no dejarán de doler hasta que dejes de tocarlas pero es que yo siempre busco alguna excusa para rozar tu herida sin querer y notar que sigue ahí para convencerme de que existes, de que te quise, de que te tuve..esa herida que no sé si algún día se curará pero sé que siempre que la mire pensaré en ti, en que no te tengo, que no volverás y eso duele mucho más que cualquier putada que me hiciste. 

mucha gente se piensa que todo esto lo hago aposta, que quiero ir dando pena diciendo que estoy jodida pero, joder, que yo soy la primera que no quiere estar así, no quiero dedicar mis noches a un chico que se las dedica a otras, no quiero echarte de menos, me da pánico hacerlo, me da miedo echarte de menos, más que algunas de esas tantas películas de miedo que veíamos para acabar abrazados. ¿miedo? te preguntarás, sí, me da miedo no poder dejar de hacerlo, no poder seguir con mi vida. Chico, que no tienes ni puta idea de lo que me acojona ésta forma mía de esperarte.

y te espero..
y sigo esperando y no vuelves..
y mientras sigo escribiendo para notar que te tengo aún sin tenerte.

Y puede que sea una pérdida de tiempo escribirte cartas si no vas a recibirlas, o aunque lo hagas ni vas a leerlas, pero no sé, tengo la necesidad de que sepas que hay alguien que te echa de menos, que te escribe, que te recuerda, que te necesita, que te busca y no te encuentra. Recuerdo que ayer te escribí y en la carta te dije lo mucho que te odiaba, que odiaba quererte tanto y hoy vengo y te digo lo mucho que te echo de menos. ¿no ves todo lo que provocas en mi? haces que te quiera y te odie al mismo tiempo. Quererte porque eres todo lo que necesitaba, odiarte porque ya no estás, te fuiste sin saber que tú me devolvías las ganas de vivir. 

Y no tendría porqué decírtelo pero te escribo y llueve, no es ese tipo de lluvia en la que sales a la calle con un paraguas, es ese tipo de lluvia que solo se podría detener con un par de pulgares que parasen esas gotas, unos pulgares que ya no están. Unas manos que ya no me tocan hasta el amanecer, unos brazos que ya no me abrazan, unos labios que ya no me besan como lo hacías cada vez que me recogía el pelo y rozabas levemente mi nuca. Una mirada que ya no me mira como a ninguna otra persona ha mirado. Ese chico que ya no tengo.

te confieso que me arriesgué y dejé que entraras en mi vida y te juro que intenté no fijarme en ti pero luego aparecías con esa sonrisa en la que me perdía y rompí la promesa de no enamorarme. Quería arriesgar e intentar que entrases en mi vida sin enamorarme de ti pero no pude y cuando supe que ya no había vuelta atrás solo quería una cosa, quería colarme en tu pecho y llegarte tan hondo como tú estabas haciendo..

..pero no lo conseguí y esperé, esperé marcarte y dejarte huella, esperé que te volvieras loco por mi, loco por cumplir todas esas primeras veces juntos, loco por abrazarme, besarme, tenerme. Pero no era tan fácil y mientras tú sin querer me volvías loca escribiendo prosa en mi espalda con tus dedos, me volvías loca solo con mirarme en silencio al otro lado de la cama, con tus abrazos, con tus besos, solo tú conseguías algo en mi que no había conseguido nadie, solo tú conseguiste conocerme de verdad; con todo lo bueno y lo malo, y te seguiste quedando aún sabiendo lo peor de mi, pero no ibas a quedarte siempre, no podía ser tan bueno, eso en mi vida no dura nada. Y tú no ibas a ser la excepción.'

-Ann.

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada